viernes, noviembre 17, 2006

Consumista

Hablaba yo el otro día en algun rincón de la red comentando que no me gustaban nada los aviones, que estaba harto de hacer colas en los aeropuertos, ir corriendo en viajes de ida y vuelta en un día a algún sitio relativamente cercano por trabajo, harto de conocer aeropuertos y como mucho hoteles de una noche y de viajar apretado, esperar paciente mientras el avión llega a la terminal, hasta que todo el mundo se puede bajar...
Sin embargo el miércoles, mientras esperaba uno de esos vuelos de ida y vuelta en un día que me devolviera a España, me dí cuenta de que sí hay una parte de todo aquello que me gusta.
No puedo decir que me encanta, pero debo reconocer cierta predilección por esos lugares, rincones llenos de chocolates, perfumes, ropa, electrónica.
Me encanta el chocolate. Básicamente porque si no es allí, en pocas ocasiones lo compro. No está en la lista de la compra y siempre pasa desapercibido.
Me gustan los perfumes. A pesar de que los que me gustan suelen dejar de fabricarlos. Me gusta, de hecho, comprar un perfume para regalo sorpresa en el regreso de uno de estos viajes.
Me gustan las tiendas de ropa de marca supuestamente rebajada pero más cara que en los sitios habituales donde al final nunca compro nada. Prefiero los mercados de copias de Bejing o Shanghai :-)
Me gustan las tiendas de electrónica donde no siempre tienen lo último y donde está también a precios bastante caros.
Sin embargo es una pequeña debilidad, de mi, que nunca tengo tiempo para visitar tiendas, que cuando voy, a la fuerza, compro lo más rápido posible.
Quizás, precisamente porque es algo que normalmente no está ahí, o quizás porque cuando estoy esperando a que mi avión abra el embarque, es lo único que me queda para escapar de la pesadilla.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Ser consumista, solo se puede ser si se tiene dinero. Un lujo al alcance de unos pocos.
Buen fin de semana.

Bosco dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Pero lo cierto es que creo que solo una vez en mi vida he comprado algo en un "duty free".
Sin embargo, en medio del correr de un sitio para otro, cuando de repente paras media hora porque tienes que esperar a que abran la puerta de embarque, caminar por esas tiendas donde no voy a comprar nada me permite olvidarme de todo. Ahí está el valor del sueño.

Mara Jade dijo...

Lo último que compré en un dutty free de esos de aeropuerto fue una bolsa de 500 gr de M&M's de los que tienen cacahuete. Mis favoritos.

Es algo que normalmente tampoco compro.

A mí me gustaría tener un trabajo donde tuviera que viajar, al menos un poco. Hace un par de años que tengo trabajos aburridos y sin embargo veo a gente que les dan esta oportunidad... y les parece mal.

El mundo está lleno de desagradecidos y de gente como que no tiene una carrera y no puede acceder a esos trabajos jajajajaja.

Anónimo dijo...

Pues, que digo yo..., ¿hay muchas mujeres viajando solas?...emm.

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo con Mara, esa gente que se queja de tanto viajar,... que nos cambien sus trabajos por los nuestros ...tan estáticos y aburridos.
Y,... buenos días de sábado!

Anónimo dijo...

No se, umm....emmm. Bueno, si.

Bosco dijo...

Always, Mara, entiendo vuestro punto de vista.
Cuando empezé a tener que viajar por trabajo, recuerdo la ilusión que me hizo. Los primeros viajes, además, fueron a Holanda, entre 3 y 5 días para formación con las tardes libres. ¿A quién no le apetece eso?
Pero los de ahora son mucho peores. Este miercoles pasado, sin in más lejos, despertar a las cinco para ir corriendo al aeropuerto a tomar el vuelo de las siete y media. Volar a un destino donde ya me estaban esperando para sucesión de reuniones sin parar hasta las siete de la noche incluyendo apenas un rato para comer un bocadillo porque hay que aprovechar el día. Correr de nuevo para tomar el vuelo de vuelta a las ocho y pico y al final llegar a casa en Madrid pasadas las doce.
¿realmente esto le apetece a alguien?
Un día vale, dos también. Pero cuando empiezas a repetir mucho acabas odiando los aviones. eso me pasa a mí. Y no me quejo de mi trabajo que me gusta. Pero estas situaciones son agotadoras.
De ahí que vea los duty free como quince minutos de escape.

Gaby del Río dijo...

a mi me pasa lo mismo, no visito muy seguido los aeropuertos, pero cuando he tenido que salir a algún lado, es mi escape, me da pánico subirme a los aviones.
Un beso!

:)

Unknown dijo...

Me encantan los aeropuertos. Escribi un post de eso. ME siento agusto entre tanta banalidad (lso duty free son el mejor museo de banalidades.

Me gusta viajar por trabajo, pero, proque como tu dices lo hago poco. Una vez cada dos mese o algo así. Lo justo para romper la monotonía del curro.

Pero viajar todas las semanas es horrible. Porque te sientes desubicado, solo y acabas medio lelo y no sabes ni en que idioma tienes que hablar. Tuve una época de esas en las que en una semana cogía 6 aviones y dormia en tres hoteles diferentes. Eso no es vida. Pasar una gripe en un hotel desconocido es lo peor.

Asi que te entiendo perfectamente.

Viajar parece que da mucho galmour a un trabajo pero en el fondo, cuando es muy repetitivo es una esclavitud de la que es díficil salir.