martes, marzo 27, 2007

Palomas

La semana pasada una paloma apareció en el jardín del edificio. Parecía enferma. Junto a la espita de riego.
Por la noche estaba en la parte de atrás. Había atravesado las dos puertas de cristal, por delante del ascensor. Seguía pareciendo enferma.
Al día siguiente por la mañana, estaba al lado de la puerta, 3 puertas de cristal más hacia acá, junto a la entrada interior al local. Parecía peor. Casi muerta.

No volví a ver la paloma. Hasta esta noche, cuando en sueños, yo que no sueño nunca, la vi. Volando dentro de mi baño. Hasta que escapó por la ventana.

Como un alma. La de mi amigo Armando. Que anoche nos abandonó.

lunes, marzo 26, 2007

saber elegir

Hay que tener cierto tino para elegir el restaurante donde uno va a ir a cenar.
Y por supuesto hacerlo con tiempo. Porque sino, te puede pasar, en este Madrid repleto de gente, que si reservas por la mañana para la noche, ya no hay plazas.
Eso lleva a no poder elegir un árabe que me gusta mucho en el centro y acabar en un italiano que tampoco está mal si no fuera porque está casi casi debajo del Bernabeu.
No me entendáis mal, nada tengo contra los merengues, de hecho, yo mismo, si bien poco futbolero, soy madridista si es que hay que ser de alguien.
Pero es que elegir este restaurante y quedar a las diez justo el día que juega la selección y a esa hora y que ninguno nos enteremos de porqué no hay sitio para aparcar después del inusual tráfico (inusual es un decir), resulta curioso...o al menos desatinado. Considerando que eramos 8...
La noche, sin embargo, estuvo muy bien, con su terturlia, sus copichuelas después y la preparación de la próxima semana. Que hay que ver la necesidad que tengo de vacaciones...

En fin, la primavera se resiste a entrar de una vez. pero por algún motivo debe ser...como que la semana que viene habrá muy bueno.
Todavía recuerdo lo fría que estaba el agua la semana Santa pasada en la costa atlántica portuguesa.
Eso si, san Vicente mereció la pena. Y es que uno se empeña en que sea verano cuando aún es invierno.

jueves, marzo 22, 2007

Lo que te da un domingo cualquiera

Un domingo cualquiera puede ser un día muy soso. Especialmente al atardecer cuando con los últimos rayos de sol se escapa también los últimos vestigios de libertad en el sentido más figurado y literal de la palabra.
En invierno la oscuridad de la noche hace la situación más acuciante al llegar mucho antes. Sin embargo, en verano, la cosa cambia y los días se alargan trayendo el sol, con sus rayos, vitalidad.
Esa vitalidad que tanto me gusta.

Este domingo pasado (y ya estamos más cerca del próximo) fue el último del invierno; pero quiero considerarlo el primero de la primavera.
Hay un lugar muy cercano a Madrid y no tan conocido, en las afueras de Boadilla, junto al palacio del Infante Don Luis, donde un encinar nos abre paso a la primavera.
Pasear es agradable. Porque el palacio nos observa cayendose literalmente a cachos, cerrado a cal y cando víctima de la dejadez y la desidia. Escondiendo en sus paredes que fue residencia de Godoy, donde su mujer y su amante compartían techo, una en cada ala, mientras los hijos de ambas jugaban en el patio.
Porque el sol que vuelve a brillar trae cierto color rojo a mis mejillas al jugar con el frío que aún sopla.
Porque la compañía es buena, después de una gallega comilona en las cercanias.
Porque la excitación por las experiencias de la última noche me hacen sentirme lleno de vitalidad.
Porque el encinar guarda un aroma a tranquilidad, a tiempo que no pasa, a recuerdos. A vida de la de verdad, de la que se vivia antes.
La semana trae una vuelta a la vida laboral, viajes (Always, estuve en Paris de lunes a miercoles , podíamos haber hasta coincidido :-) ).
Y trae también la cercanía a mañana, viernes, cuando de nuevo la aventura comenzará en un previo madrileño a la SSanta que está a la vuelta de la esquina, pistoletazo de salida para, un año más, disfrutar del planeta que nos sonrie. De la Tierra.

Recordadme que un día os hable del mar. No, del mar no. De todo aquello que te puede hacer sentir el mar.

jueves, marzo 15, 2007

Ring ring ring

Si, ya sé que me pongo pesado con estas cosas a veces, pero es el día a dia y el reirnos de él lo que nos hace ser un poco má felices, ¿no? Bueno, todo esto viene a colación especialmente para que se ría Horatio, que cuando lea esto se va a partir... En fin, después de un día bastante largo ayer, básicamente porque estuve en casa enfermo con fiebre (si, yo, que nunca me pongo malo, que en mi vida me han pasado estas cosas, pues con los años...) y eso hace que los días se hagan largos (aunque las clases si que pude darlas...), al llegar esta mañana me he eonctrado en la oficina mi nuevo teléfono. Esto es, mi nueva nave espacial. Cuando entré en la compañía, tiempo ha, me pusieron un maravilloso terminal con tantos botones que no había manera de usarlo. Nunca podría haber imaginado la de cosas que se pueden hacer con una nave de esas características. Porque claro, uno puede llamar simplemente, recibir llamadas, etc, pero también puede aprender a configurarlo para que cuando llame rita la cantaora, la llamada se desvíe pasando por el despacho de tu jefe y acabe en el cuarto de la señora de la limpieza que muy amablemente le contará lo bien que se lo pasa ella cantando sus canciones. Una utilidad de incalculable valor añadido. La cosa es que aprender a manejar semejante cohete, llevó su tiempo, principalmente porque no había manual (ni lo iba a pedir) y no iba a preguntar (supongo que porque los hombres con estas cosas, y por tirar de esterioripos, somos así, y también porque siendo teleco da un poco de cosa, ¿no?) Pues ahora, cuando ya lo tenía todo controlado, en la nueva oficina, el terminal es nuevo, con incluso más botones que el anterior y un maravilloso modo guia con una voz de señorita a la que ya he colgado varias veces por no hacer lo que yo quería. En fin, que voy a ver si voy aprendiendo o, sigilosamente sin que nadie me vea, encuentro un manual que creo que me han dicho que hay en la web ¡qué cosas estas de la tecnología! (y lo dice alguien que la vende...)

lunes, marzo 12, 2007

Recien llegado

Bueno.
Hoy no me puedo resistir de hablar de mi nueva ubicación. Porque hoy es mi primer día en las nuevas oficinas. Eso se traduce en que duermo casi una hora más. Y llego a dar mis clases sin agobios. Toda una mejora.
El cambio, sin embargo, no se reduce a eso. Hay muchas connotaciones de las que igual no debería hablar...pero que mencionaré de manera politicamente correcta.
El cambio se produce a un edificio más antiguo. Menos cuidadas las formas (cables, etc...), cintasol en lugar de moqueta, ventanas fabriles que dan a patios variopintos...en suma, abandonar el estilo americano de Silicom Valley para entrar en algo que huele a fábrica.
Las caras de la gente, mezcla de un lado y otro se dan en los pasillos y cuando sales para encontrar a alguien de "tu bando", casi te abrazas y das dos besos de la alegría de encontrar a alguien más en territorio aún desconocido. Todos de traje y corbata, marcando las distancias.
En la comida, se comentan los recientes incidentes de la huelga y como se está manejando todo. Y los viejos del lugar comentan los momentos en los que, en grandes huelgas, cierre de fábricas, etc, los piquetes acechaban en la puerta, la propaganda era múltiple...
En fin, yo callado asiento y pienso que después de todo, la fusión está cambiando muchas cosas, mientras recuerdo como se cerraron nuestras fábricas a golpe de talonario con largas colas no para protestar sino para apuntarse y llevarse un fajo.
Otros tiempos, otras gentes, otras cosas.

sábado, marzo 10, 2007

Un kebab?

Esta mañana he salido a pasear por el barrio, algo para lo quenormalmente no tengo tiempo y que, por otro lado, siempre me ha gustado.
Durante el paseo, he pasado por delante de un local de antaño con encanto. Solía ser muy típico del Madrid de siempre, con barra en la calle en Agosto con la Paloma, etc, etc. Wl sitio donde, tiempo ha, podría haber entrado vestido de chulapo sin que pareciera que estoy disfrazado.
Sin embargo, esta vez, el bar ya no estaba. Ni siquiera he podido recordar su nombre pues en su lugar han puesto un local de kebaps
El personal es distinto, los clientes también.
Está claro que en los últimos años estos cambios de adaptación a nuestro entorno se han venido dando con continuidad.
Pero este cambio me ha llamado especialmente la atención. Por supuesto no por el cambio en si, sino porque ha significado la muerte de un sitio con solera.
Sin dudarlo, he aprovechado que casi era la hora de comer para entrar a tomar algo. No he comido nada. Solo una caña.
Y me he quedado leyendo el periódico mientras pensaba en qué cara pondría el camarero si le pedía una pulga.

martes, marzo 06, 2007

Makarrilla de traje y corbata

No, no voy a poner a parir nadie. No es hoy mi intención.
Es que, resulta que en el atasco de esta mañana, a eso de las siete y media, en el tunel de la nueva M30, me he cruzado con un coche que no tengo muy claro cual es. Creo que un citroen Xsara, pero no podría asegurarlo.
Y no podría hacerlo de lo tuneado que iba, en rojo, con su alerón, etc, etc. No me he fijado en el conductor. Al menos no demasiado. Pero si en el coche. Y es que salvo por el alerón me ha gustado.
Bueno, me ha gustado como siempre me han gustado los coches que, por decirlo de alguna manera, dan la nota.
Son muchas las miradas críticas hacia ellos, sobre todo por lo que suele acompañar, carreras ilegales, alcohol, desprecio por los demás, chuleria, etc, etc. No me extraña. Pero el caso es que el coche, en si mismo me gusta.
Claro que con todos los miramientos que hay, en la vida se me ocurriría cambiar mi coche de padre (que no soy) de familia (aún por formar) responsable (o eso parece) por uno más, digamos deportivo.
Y es que me imagino llegando a la oficina, con traje y corbata en un coche tuneado y...como que no...
En fin, que entre tanto, me conformaré con el Pitacar, con cambiarlo de vez en cuando y con ver Two Fast, Two furious.

lunes, marzo 05, 2007

Andando que es gerundio

Pues no todo iba a estar tal mal, después de todo.
Y es que con esto de la fusión, me trasladan de oficina y si bien tienen el detalle de destinarme en un edificio mucho más viejo, antiguo, oscuro, feo, etc, etc, y de sustituir los siempre útiles tickets de comida por un comedor un poco taciturno, pues a pesar de todo ello, estoy muy contento.
Y es que ese lugar no tan "state of the art" está a quince minutos andando de mi casa!
Lo cual hace que mientras siga aquí, podré dormir así como 45 minutos más y llegar una media hora antes a casa además de ahorrarme interminables atascos.
Por lo demás, no se han portado mal. El despacho está bien. Con cierta distinción que se agradece. Lo malo, como siempre en estas cosas, la política y los navajazos. Pero mientras se termina de decidir como termina esto, disfrutaremos un poco más del sueño diario.

Y es que en primavera, ya se sabe, sigue habiendo clases por la tarde y después, sobre todo los jueves, con el buen tiempo que llega, ¿quién no sale un ratito a tomar algo?
En fin, que hay hablo como si estuviera en mayo y aún no estamos siquiera en abril
Algún aguacero me sacará de mi sueño. Pero, ¡qué diablos! un bonito sueño.

Anda que no estoy pesado con esto de la primavera. Será la alergia...

domingo, marzo 04, 2007

Vestigios primaverales

Si, si, ya sé que aún faltan así como 20 días, que lloverá en abril, que volverán días de frío, que el viento de marzo nos recordará que estamos en Semana Santa, todo ello antes de que aparezcan las flores, los tulipanes y la primavera, el verano, en todo su explendor.
Pero mis ojos no quieren saber de teorías. Y lloran continuamente víctimas de la alergia.
Que es, por otro lado un fastidio. Eso si, compensado por el fin de semana tan maravilloso que estamos teniendo. Esta mañana, al salir a la calle, el sol me ha sorprendido gratamente. ¿el termómetro? 18 grados.
La sierra también esperará una pronta visita.
Pero que rollo de alergia.

jueves, marzo 01, 2007

Bailes de Salón

Pues hoy quería hablar de los bailes de salón, si. Más que nada porque en la esquina de mi casa han abierto una academia. Ún sitio donde dan clases que han completado su negocio con venta de vestidos, zapatos, etc, para el mundo de la danza.
Se ve que el programa ese de los bailes ha empezado a crear escuela y todos se apuntan.
Bueno, todos no. La mayoría de la gente que va es mayor. Mayoria de mujeres. Si, no lo penséis, es verdad, he echado un ojo curioso desde la puerta a ver quien estaba dentro.
El caso es que, como eso de cantar, los bailes son una cosa que siempre me han llamado la atención. Me gustaría poder bailar bien. no tanto bailes de salón, sino un poco todo lo que te encuentras por ahí cuando sales. Que siendo tan estándar, tampoco resulta tan difícil por otro lado...
El caso es que me he quedado mirando, un poco con las ganas y me he dado cuenta de que tengo una agenda demasiado apretada para dedicar tiempo a este tipo de cosas.
!menos mal!, he pensado. Porque en el fondo no me veo en esa tesitura, con todas las señoras mirandome...