jueves, noviembre 30, 2006

Volando voy...

...a ninguna parte según parece.
Y es que parece que somos nuevos en esto.
Total, que tanto esperar, que si no reservar, que si a ver donde vamos, y aquí estoy, compuesto y sin novia.
Las opciones para el puente son fáciles. Pagar un pastón por un billete de avión o jugar al riesgo de la última hora antes de salir o, en su defecto, cambiar el destino y aplicar el tan propio carretera y manta.
Una alegría porque el carretera y manta simpre me ha deparado alegrías. Una tristeza proque el tiempo no me da para llegar a la mamma Italia y ya me había hecho la ilusión de volver por allá.
Cosas de la vida.
En cualquier caso, a disfrutar, que el tiempo se cierne complejo en el futuro y, ¡qué diablos!, que me quiten lo bailao.


Enjoy!

Ya se murió el burro que acarreaba la vinagre...

...ya se lo llevo Dios de esta vida miserable...
7 meses después de los anuncios iniciales, mañana, día 1, será el primer día 1 de la fusión. Finalmente saldrán a la luz los nuevos logos, los nuevos nombres. Todo ello después de un periodo de transición que culmina la muerte de un burro al que las moscas no dejaban en paz pero de cuya supervivencia vivimos todos.
Ha sido curioso ver como las ratas luchan por sobrevivir antes de abandonar el barco que se hunde para flota dentro del nuevo trasatlántico. Supongo que yo, como todos, me debo sentir un poco rata.
Los cambios y giros se suceden, los antes amigos se acuchillan en el pasillo para conseguir una silla en la nueva compañía. Y es que la comida de los hijos depende de ello.
Y entre tanto los antes caciques se esfuerzan en sacar a la luz las mayores ventas de su historia para que sus variables engorden como nunca y la indemnización negociada de salida sea la mejor posible.
Así pues mañana es el gran día. Y mientras los sindicatos hablan de los 9000 despidos que se ciernen sobre nosotros los grandes líderes celebran la supervivencia, la gran multinacional creada, ahora la primera del sector, con vinos, cafés, invitaciones. Son los primeros indicios de una guerra.
Los primeros organigramas comienzan a aparecer y algunos se mueven incómodos en sus asientos mientras otros reciben visitas y felicitaciones en sus despachos. Es la cara y la cruz de una misma moneda.
Pero todo esto no ha hecho más que empezar. Pasarán aún varios meses hasta ver la foto definitiva.
Entre tanto, aquí sigo, jugando mi papel ¿político y saliendo adelante con bastante suerte. El un sino que parece bueno de momento. Aún tardarán en definirse los finales.

El rey ha muerto. Viva el rey.

sábado, noviembre 25, 2006

Jugando en Oriente

Un viernes de Noviembre, con las Navidades a la vuelta de la esquina. La lluvia hace la noche desapacible.
Pero a pesar del cansancio no resulta dificil encontrar diversión en una reunión de amigos a los que no suelo ver, o a los que veo menos, al menos a todos juntos como anoche.
es sorprendente como unos días en China hicieron que formáramos un grupo tan compenetrado a cuyas reuniones, como anoche, incluso los que viven fuera se apuntan.
Un resumen de sensaciones, como siempre que estas son muy ricas, me resulta difícil de describir aquí.
Pero mientras confundo el lugar donde hago la reserva y el bambu se convierte en bamboo, mientras el cuento se convierte en blue bar, mientras nuestros pasos buscan nuevas iniciativas. No sé si acabaremos en Bombay o en Rio o en Moscú en los próximos meses haciendo uno de esos cursos de negocios. Pero lo que tengo claro, mientras disfruto de algún baile en la noche, mientras me río de mi sombra (ahi, si esta frase se pudiera explicar aquí...), me doy cuenta de que hay muchas expectativas y cosas buenas que hacer todos juntos y que seguro que vamos a aprovechar!

jueves, noviembre 23, 2006

Bailemos al compas

Me encantan los bailes. Me priban. Son mi debilidad. Me encantaría poder disfrutar de la música.
Muchos lo sabéis.
Y los que leen este blog saben, además, que la sensualidad de los bailes brasileños despierta en mi una atracción irresistible por ellos.
El caso es que no sé muy bien como ni por qué pero ayer, mientras volvía a casa en el coche y buscaba algo que escuchar decente en la radio (no es fácil, creedme), me acordé de algunas canciones, algunas lambadas de hace tiempo. No podía pasar sin compartirlo con vosotros. Siento no poder poner un link. No he encontrado lo que buscaba en la red. Pero lo cierto es que solo de pensar ello me hizo sonreir en medio del atasco.
Eso sí, me conformé con un CD de baladas también de otro tiempo.

Enjoy!

miércoles, noviembre 22, 2006

Pereza?

En estos días de cuasi invierno cada vez da más pereza levantarse por la mañana.
Y es que´...¡se está tan bien envuelto en sábanas y mantas...!
El frío nos hace cambiar los hábitos. Salimos menos, nos gusta más quedarnos en casa al calorcito.
Quien más y quien menos se deja llevar por este comportamiento de pequeños oseznos.
Y eso hace que por la máñana me pida a mí mismo cinco minutos más.
Claro está que los lujos se pagan. Y salir de casa después de las 7:15 se paga con un atasco superior a una hora.
Dichosos eran los días cuando trabajaba en la Gran Vía. Claro que entonces el resto de condificiones no eran las mismas. Hay que conformarse entonces con lo que hay y confiar que tras la fusión acabemos yendo a esas oficinas que tan cerca de casa me quedan.
Entre tanto, como dice Rut, quedan los fines de semana, los puentes, las noches de los martes, de los jueves...quedan tantos momentos para sonreir y ser felices.
Y la Navidad. Que me atrevo ya a mencionar pues un año más, al más puro estilo de Mecano, esta a la vuelta de la esquina.
Y es cierto que hay veces que se hace un poco triste, que se ve muy superficial. Pero a mi, la verdad, me gusta. Porque en medio de esa cuasi desidia, pereza del invierno, las energías brotan, las gentes se ven y todos lo intentan pasar un poco mejor.
Al final, una excusa más para intentar alcanzar la felicidad.

lunes, noviembre 20, 2006

Un mar de felicidad

Hace tiempo que el entorno es bastante estable. Siempre la misma gente, las risas, el pasarlo bien. Me gusta.
Sin embargo el fin de semana pasado alguien de siempre trajo a alguien nuevo. Aire fresco que se agradeció no porque se echara en falta, simplemente porque, supongo, me encanta la novedad.
Y todo fue muy bien!
Estuvo algo tímida, pero no es para menos; la presión del grupo, con tantas cosas peculiares, es siempre difícil de entender.
Pero creo que se lo pasó bien. Y me alegraré de volverla a ver venir a reirse con nosotros.
Los Halloween, como siempre, adaptan su pasado a su futuro.

Empieza la semana. A ver si termina pronto el mes para terminar con tanto trabajo! Entre tanto, nos quedan los fines de semana.

viernes, noviembre 17, 2006

Consumista

Hablaba yo el otro día en algun rincón de la red comentando que no me gustaban nada los aviones, que estaba harto de hacer colas en los aeropuertos, ir corriendo en viajes de ida y vuelta en un día a algún sitio relativamente cercano por trabajo, harto de conocer aeropuertos y como mucho hoteles de una noche y de viajar apretado, esperar paciente mientras el avión llega a la terminal, hasta que todo el mundo se puede bajar...
Sin embargo el miércoles, mientras esperaba uno de esos vuelos de ida y vuelta en un día que me devolviera a España, me dí cuenta de que sí hay una parte de todo aquello que me gusta.
No puedo decir que me encanta, pero debo reconocer cierta predilección por esos lugares, rincones llenos de chocolates, perfumes, ropa, electrónica.
Me encanta el chocolate. Básicamente porque si no es allí, en pocas ocasiones lo compro. No está en la lista de la compra y siempre pasa desapercibido.
Me gustan los perfumes. A pesar de que los que me gustan suelen dejar de fabricarlos. Me gusta, de hecho, comprar un perfume para regalo sorpresa en el regreso de uno de estos viajes.
Me gustan las tiendas de ropa de marca supuestamente rebajada pero más cara que en los sitios habituales donde al final nunca compro nada. Prefiero los mercados de copias de Bejing o Shanghai :-)
Me gustan las tiendas de electrónica donde no siempre tienen lo último y donde está también a precios bastante caros.
Sin embargo es una pequeña debilidad, de mi, que nunca tengo tiempo para visitar tiendas, que cuando voy, a la fuerza, compro lo más rápido posible.
Quizás, precisamente porque es algo que normalmente no está ahí, o quizás porque cuando estoy esperando a que mi avión abra el embarque, es lo único que me queda para escapar de la pesadilla.

lunes, noviembre 13, 2006

Una partida de Risk

Anoche, al irme a dormir, encendí la radio.
Es algo que hace muchos años que no hago con asiduidad. La radio ahora solo me acompaña en las mañanas camino de la oficina.
Sin embargo, anoche, no sé aún como ni porqué, decidí encender el transistor al apagar la luz, como en aquellos años universitarios.
No tenía un dial pensado. Me limité a pasar. No sabía que buscaba.
Y de repente, apareció una vieja canción de aquellas épocas de la Gramola en M80 (y hablo de igual hace 9 años) cuando un chaval que respondía por Tonchu (no estoy seguro de que se escriba así) cantaba aquello de la partida de Risk.
Me trajo muy buenos recuerdos porque aquella canción marcó una época, allá entre cuarto y quinto, antes de irme a Londres para terminar, cuando la juventud brotaba en las jornadas nocturnas del grupo de astronomía.
El caso es que anoche no escuché nada más. Fue suficiente la canción para recordar la voz de aquel locutor (¿Joaquín se llamaba?) de la gramola de entonces, para recordar a un grupo de personas del que hoy apenas tengo noticias (Nuria, Gema, Ivan, Raquel, Yolanda, Julia...) y , más aún, recordar una etapa.
La canción me resultó, eso sí, distinta. Los recuerdos, ya se sabe, se cambian con el tiempo sin darnos cuenta convirtiéndolos en imágenes dulces.
El recuerdo, sin embargo, fue muy grato. Por todo lo que aquella época significó. Hoy, si bien hay muchas cosas que han cambiado una barbaridad, otras no lo han hecho tanto.
La duda que me surge entonces es si estoy conforme con lo que no ha cambiado o quiero hacer algo para que cambie. Supongo que hasta ahora siempre que he querido que algo cambie, no he dudado un segundo.

miércoles, noviembre 08, 2006

Mejico. No más.


¿Qué puedo contar en este pequeño post justo unas horas antes de montarme en el avión?
No quiero escribir mucho. Tampoco tengo mucho tiempo para hacerlo.
Pero quiero destacar algunas imágenes. Simples shots...

Contrastes. De religión. Mezcla Católica criolla, India-Azteca... Impresionantes las mortinas (Always Candy, si, son realmente dignas de mención). Os pongo una foto. Los antiguos indios no tenían miedo a la muerte. La llegada de la misma se celebraba igual que un nacimiento. La mezcla con las tradiciones cristianas dieron lugar a tan tradicional celebración del día de los difuntos. Se que mi explicación es pobre. Pero prefiero recrearme en la mortina.

Asistí a una boda de una vieja amistad familiar. Una boda hebrea, la primera a la que asisto. Me resultó poco participativa. Aunque desgraciadamente no pude comprender muchas de las cosas que pasaron puesto que desconozco la lengua y los cantos. Una novia preciosa, eso sí. Y mucha felicidad. Al final, independientemente del dogma, eso es lo que cuenta.
Un contraste en cualquier caso, con aquello a lo que estoy acostumbrado.

Más contrastes. De seguridad. De la riqueza de los transportes escoltados por Armando o por Arturo desde el hotel hasta la boda, por ejemplo, con las casas paracaidistas de las afueras. La vida normal, sin embargo, sin irse a los extremos, mucho más normal. O eso me pareció al meterme en el metro y recorrerme el centro a pie perdido entre la gente. Muy recomendables los paseos por los parques, especialmente el bosque de Chapultepec. O perderse por barrios si bien céntricos, menos conocidos. Me perdí los alrededores. Otra vez será.

No sé más. Como digo, solo unos shots. El resumen, que si bien no era uno de los sitios en primeras posiciones de la lista, la boda me hizo conocer algo más, por poco que ha sido, aparte de los tradicionales tacos, burritos, u otros cuentos que circulan por ahí.

Os dejo que debo tomar el avión (y no, no soy un loco conectado en el hall de una aeropuerto para escribir en el blog...desgraciadamente, estaba pendiente de cosas del trabajo y me traje el portátil...así que, su lado bueno, salvo unos minutos para la debilidad de la red...)

Noche de Muertos (II)


Pues sí, finalmente hubo una noche de Halloween que brilló a pesar del cansancio de muchos y de cierta falta de ilusión
Sin embargo una vez más los Halloween hicieron gala de su nombre y disfrazados salieron a sorprender a los incautos de la noche. El lugar inicial no deparó para mucho. La fiesta no era lo que se había previsto. Y es que desde que nos echaron por mayores, hace un par de años ya, del balcón, la cosa no ha mejorado mucho. Sin embargo el monasterio nos permitió a los que aún continuamos la noche jugar y disfrutar de los disfraces. Una vampiresa causó expectación por sus lentillas (¿serían ojos de verdad?)
Bien saben los que me conocen que me privan los espectáculos, participar de ellos, y halloween ha sido siempre un gran espectáculo por toda la ciudad.
Desde aquellas noches en Salamanca, en el Camelot, pasando por el bautismo del grupo a manos de un vampiro JJ tentado por una monja hasta la famosa noche en que ganamos el premio al mejor disfraz en la Gata. Dos años después, el reto de superarnos se hace cuesta arriba.
Se echó en falta que las niñas renovaran su disfraz y volvieran a lucir aquellos ojos ya muy vistos. A la próxima será. Como bien digo, hay muchas cosas cambiando. ¡muchas!