lunes, mayo 28, 2007

¿Y esto como lo se lo cuento a un fantasma?

Hoy es lunes. Un lunes raro, digamos que normal, con el trabajo habitual, bastante lejos de las dos últimas semanas de estres, con la sobrecarga que ha habido; motivos varios. También personales, como algunos sabéis.

En la oficina hoy me he encontrado con una historia. Una que hace que los vigilantes del edificio no hagan su ronda solos, y que las señoras de la limpieza no entren en una zona de la planta -1 pasada cierta hora.

El hecho de que este lunes sea normal, hace que me quiera dejar llevar. Pero, ¿qué es dejarse llevar? Es simplemente poder cerrar los ojos y escuchar algo de música, tirando a lenta, un rock, ¿quizás? Dejar que me embargue una sensación...

Y es que en este viejo edificio, esta vieja fábrica, tiene, como no, su leyenda, su fantasma. Quizás por aquello de estar levantado sobre un viejo sacramental, demolido y levantado tiempo atrás.

Es una sensación que es difícil de expresar. Pero la reconozco bien. Una sensación que siempre me tiende a relajar. A dejar caer en el sueño...como cuando miro las estrellas en noches de verano o siento el sol y algo de brisa al conducir por una carretera cercana al mar.

Así es que en mi afan investigador, un día de estos bajaré, después de la hora crítica, a la zona en cuestión, a ver, primero si la encuentro, después que veo....pues la leyenda, ¿urbana?, habla ya de catacumbas y todo...

Y mientras escribo este post me pregunto si sería capaz de explicarle al supuesto fantasma como es esta sensación que hoy me embarga.

lunes, mayo 21, 2007

Se quemó

Para muchos, hablar de barcos de vela ingleses, puede ser recordar los tiempos de un imperio que se impuso al mundo hace dos siglos.
Quizás por eso, en España se conoce poco fuera de ciertos ambientes sobre los barcos del siglo XIX.
Yo, desgraciadamente, tampoco soy ningún entendido.
Sin embargo, con el tiempo aprendí a disfrutar de su visión, a sentir su fuerza aún en un puerto o en un museo.

Es uno de mis legados de mi etapa londinense, allá, 10 años atrás, cuando tuve la suerte de vivir allí.
Bonitos recuerdos de tardes a la orilla del Tamesis, en los docks, rincón para iniciados, cerca y lejos de los turistas que se pierden los secretos bien guardados de esta esquina a la vista de todos.
Bonitos recuerdos de tardes por Grenwich, con su parque, su observatorio, sus barcos, dejando atrás Canary Dwarf.
Bonitos recuerdos incluso de Porstmouth donde los barcos de Nelson miran a los curiosos visitantes

Todos ellos donde observar barcos de 3 siglos atrás. Hoy, sin embargo, uno que me trae grandes recuerdos, no podrá ser admirado más.

http://www.elmundo.es/elmundo/2007/05/21/videos/1179739780.html

Aquí va este post, en honor de los tiempos pasados y de mi amigo JJ que en aquella época que también en aquel entonces, anduvo por allá.

jueves, mayo 17, 2007

Lost in "traslation"

Or ir transfer better...
Hoy voy a hablar de cosas más mundanas. De contratiempos que ocurren un domingo llegando de una semana de trabajo, cuando en un transfer en BCN mi maleta se pierde.

Al llegar a Valencia nadie se lo puede explicar. Nadie sabe donde está. Con todo dentro.
No hay que tomarselo a mal. No merece la pena preocuparse. Lo más normal es que al día siguiente vuelva a aparecer...
Hay que conformarse con el kit de perdidos, una camiseta y unos boxer que mi querida kkgina tiene el placer de sacar en medio del aeropuerto secuestrando el resto del kit.
Son esas incongruencias que trae el espíritu halloween y que hacen subrealistas situaciones como estas.
Mientras comemos, cambio algo de ropa. La que llevaba puesta, demasiado formal, por la que un buen amigo local me presta.

No sé porqué comentar esto. ¿quizás para criticar a la compañía?, como no iberia. Es lo que tiene viajar con aviones de otras compañías ¿esponsorizados? por una sola.

Entre tanto, playa, mucho sol, partidos de futgolf y raquetvoll...parpalló, etc, etc.
Mucho trabajo remoto...

Recordarme que algún día promocione el futgolf y el raquetvoll en este blog. Deportes de verano realmente divertidos.

Disfrutad de la resaca.

viernes, mayo 11, 2007

Bucarest

Bucarest es una ciudad llena de contrastes.
Contrastes enmarcados dentro de un todo uniforme que los disimula.

Bucarest es una ciudad en un bosque. Verde naturaleza a tono con el gris, beige de sus casas señoriales, en mal estado, contrastadas por los grandes edificios de colmenas con ventanas de madera, banderas nacionales y europeas por doquier y pesadilla de tráfico a todas horas en cualquier lugar.
Los nativos también son ejemplo de contrastes. La hospitalidad de mis compañeros de la oficina local, de la gente que encuentras por la calle, de algunos taxitas humildes y sencillos contrasta con la picaresca de esos otros taxistas con tarifas 8 veces superiores, que intentan timarte, de losrestaurantes en los lugares céntricos que intentan no devolverte el cambio.
Una ciudad a camino entre la picaresca del que no tiene para vivir y la humildad del que lucha por convertir a este pais, que me ha enamorado, en un lugar europeo más, siendo esto bueno...o no tan bueno.

Hay en la ciudad buenos parques, casi bosques, para pasear. Los más encantadores y mágicos, rodeados de apartamentos de 800k€ y restaurantes de trato especial.
Al contraste una vez más, pequeños locales en escondidas calles del centro donde la comida tradicional, la caza se alegra con jóvenes que tocan música local. La diferencia, el idioma. En los primeros pueden incluso hablar español, inglés por descontado. En los segundos, disfrutas del juego de conseguir comunicarte en una lengua mucho más parecida al castellano de lo que muchos podrían pensar.

Me queda aún 1 día más por aquí, antes de volver a la playa mediterranea ibérica. Pero me marcharé seguro con las ganas de perderme en el interior. Llegar hasta los dominios del conde Dracula, pasar por Brasovia, por Timisoara. y degustar en su lugar original uno de los típicos Brastok dulces de nueces o de cacahuete. No he sabido identificar de donde son realmente. Unos dicen Brasov, otros Timisoara...yo creo que depende del condimento. Nueces, Castañas, almendras...Algo que descubrir a la vuelta.

Mi recomendación está clara. Un sitio por conocer.
Os dejo hasta la vuelta de la playa. Por aquí seguimos con los actos de marketing y publicidad. Jugando a ser ganar. Espero que, esta vez, para no perder.

lunes, mayo 07, 2007

Si no hay lucha en la batalla, no habrá gloria en la victoria

No es que vaya a hablar de grandes epopeyas, ni de grandes momentos. Simplemente, hoy, en el avión, leía esta frase en el periódico haciendo referencia a la victoria electoral de Sarkozy.
Y tampoco voy a hablar de política. Solo me ha gustado la frase, nada más. Me he sentido identificado con ella. ¿Será por las ganas de luchar?

Hoy, una semana después, quiero hablar un poco de todo. Así lleno unas líneas más. Hablar de cosas que han pasado por mi mente en estos días.
El jueves, por ejemplo, primer día de oficina después del puente, subía en el ascensor viendo como la gente se colocaba en él al entrar. Y me di cuenta de que, al menos en España, nunca pasa como en las películas o las series, donde todos miran hacia la puerta. Aquí somos más de proteger nuestra espalda. Todos mirando al frente, con la espalda en la pared del fondo o las laterales. Los que llegan tarde y quedan en medio están incómodos. Como si no supieran donde situarse y en cuanto queda un hueco, lo ocupan en la pared raudos. He de fijarme en otros sitios como es.

En estos días apenas he podido hacer cosas en mi ciudad. El final de la semana laboral ha sido de infarto y en esto, me he quedado con las ganas de ir a la ópera. El hermano de un querido amigo estrenaba el pasado viernes en el Teatro Real. Los precios, sin embargo, no dejan lugar a dudas. La escasez de entradas hacen imposible ningún apaño y me quedo con las ganas. Y es que pagar 60€ por un mal sitio es demasiado casi tanto como pagar los más de 100 que cuestan las primeras decentes. Es lo que tiene que la obra sea famosa.
El viernes, sin embargo, sirvió para escribir un cachito de historia. Historia personal. Y eso, por supuesto, siempre viene bien.

También quiero dedicar unas líneas a mi anónima conciencia. Debo reconocer que fracaso en mi intento de separar el sonido de la subida de la marea del oleaje sin más. La marea alta me suele pillar por sorpresa. O, incluso, sin nisiquiera darme cuenta de que ha llegado, estando yo a 20 m bajo el agua.
La vida de buceador de estos días me ha permitido reencontrarme con el mar. El tiempo nos ha respetado. El temporal ha sido magnánimo con nosotros, incluso aquel domingo cuando nos quedamos a la deriva en el mar, hasta que nos vinieron a remolcar. Como siempre, alguna aventura nos tenía que pasar.
Unas vacaciones que prometían mucho y fueron más.
No he tenido tiempo de ir a escuchar al mar. Simplemente me he mezclado con él. Me he quedado en el flotar bajo el agua, en ver a los peces nadando a mi lado, mirando al patoso con ojos curiosos y volviendome a mirar, desconfiados por el instintos, curiosos por su memoria que se va.
Me he quedado con la brisa en la cara en una lancha motora en la costa. Me he quedado con las risas de los buceadores.
Los buceadores, los de verdad, no los turistas como yo, son gente curiosa. Gente que vive a la vez el respeto y la admiración por las profundidades con la vida terrestre. Gente que sabe huir bajo el agua y que a veces ni siquiera allí pueden aislarse del mundo que les persigue al convertir el mar en su medio de vida.
Gente que sabe encontrar las risad en los días que pasan y se van, ausentes de nubes, curtidos por el sol.
Quizás hablo así de ellos después de haber conocido algunos más esta vez. Buena gente. Gente que recordar y que espero volver a ver.

Entre tanto, me pierdo en el avión donde escribo esto. Esta noche lo subiré. Me pierdo en los recuerdos de unas minivacaciones que mucho han traido, mucho más de lo esperado y cuyo efecto aún quedará en el tiempo. Al aterrizar, Bucarest, Rumanía de nuevo. Trabajo, más trabajo, esta vez con tiempo para conocer. San Isidro me verá aterrizar en Valencia. y entonces, querida conciencia, quizás el miercoles, podré contarte que mi último intento fue exitoso y que las olas ya no se confunden en mis sentidos con la marea.
Pero eso, de ser, será ya la semana que viene.