viernes, marzo 20, 2009

¿qué paso con ?

Hace años, allá por los 90, cuando empezaba a quedar atrás la niñez del coche fantástico, el equipo A y V, cuando la pluralidad de la TV nos trajo a las "Mamma Chicho", apareció un programa de TV, no sé si con éxito o sin él, que buscaba en el pasado de quien después de saltar al estrellato había vuelto al olvido.
En aquellos tiempos tan distintos a los de ahora este tipo de movimientos resultaban más extraños. Hoy en día, por el contrario, este mundo parece una montaña rusa.

En los 90 bastaba con ver Sensación de Vivir para estar a la moda. Escuchabas Saturday Night o Ritmo de la Noche y te dejabas llevar.
Supongo que eramos modernos. Al menos modernos a nuestro estilo, claro está, puesto que cada cual tiene su propia manera de vivir su presente y la modernidad es distinta para cada.

Se terminaba la movida en Madrid. Y las hoy restauradas calles del centro, El Dos de Mayo, La Palma, mostraban los restos donde, una veces morían genios, hagamos memoria de Los Secretos, o se forjaban mitos, no dejemos de recordar a Amenabar y su Tesis.

Todo eso quedó atrás. Supongo que muy atrás. Pero no nos damos cuenta. No somos conscientes, o no lo soy al menos yo, de que el tiempo pasa.
Al menos hasta un momento determinado.

En estos días hay poco tiempo, nulo más bien, para la tv en mi caso. Por eso resulta difícil prestar más atención que la de un mero "Stand By" a una pantalla tonta que suena en algún rincón de la casa. Pero sin saber cómo ni por qué, de repente un día caes enganchado de algo. Por tonto que sea.
Eso ocurrió hace dos semanas, cuando mi siempre querido Sobera apareció de repente en un flash back competitivo entre los 70 de mi niñez y los 90 de mi adolescencia.
http://www.losmejoresaños.com/
Supongo que me gustó simplemente porque me hizo darme cuenta de que ya dejé paso a una nueva generación que ocupa el puesto de "modernos en la cresta" Los modernos de veinte en los 90 ya hemos cambiado de vida. Padres de familia, fines de semana tranquilos, dos o tres días de recuperación para una juerguecita...
Y es así por mucho que algunos de nosotros nos enperremos en seguir siendo extremadamente jóvenes para siempre.

Las cosas nunca vienen solas y esta última semana el flash back fue entero al recordar momentos y gentes de los ochenta en una cena muy especial. Y más aún al ver en el facebook la foto de alguien que hacía casi 20 años que no veía. ¡Simplemente me quedé en estado de shock!

Alguno seguro que alega aquello de que estamos en la mejor edad, de que la vida es una cuestión de actitud.
Es verdad, lo compro todo, pero aún así mantengo lo de "los modernos en la cresta" porque la inocencia y la fuerza de esa edad se ve mitigada con el paso del tiempo. Se puede tirar con igual fuerza pero se ven las cosas de otra forma. Se es, digámoslo así, menos impulsivo.

Una reflexión de viernes que quería compartir, nada más, disfrutando de las últimas horas de buen tiempo.
La playa está caada día más cerca.

Enjoy!

lunes, marzo 16, 2009

Toda Mujer Lleva Dentro una Grace Kelly

Mis disculpas. Entre el trabajo, el poco dormir y este buen tiempo que nos acompaña, he tenido siempre algo que ocupaba mi tiempo impidiéndome actualizar la pasada semana.

Una semana especialmente intensa pero carente de una especial intensidad. Si, suena incongruente, pero no lo es. Uno busca cierta intensidad a veces, una intensidad especial y sin embargo se encuentra inmerso en un sin fin de actividades, muy intensas pero no especiales.

Supongo que muchos de los días de la semana pasada en Madrid fueron así. Unas veces por estar fuera y otras por no ser capaz de salir hacen que los días de sol pasen desapercibidos a veces. Pero siempre llega un momento en que la cosa cambia. En que puedes salir a caminar por la calle y disfrutar del día y sentir, por vez primera en este 2009 el sol en la cara. La melanina haciendo de las suyas.
Simplemente me encanta. De repente se abre la puerta a puentes, vacaciones y otros eventos que, si bien quedan en la distancia aún, se muestran mucho más cercanos.

Es tiempo de descuento para el invierno. Y ya no le queremos.

Así que bailemos como posesos, giremos sobre nosotros mismos al son de la música entrando en éxtasis para recibir a la primavera que nos visita en 6 días. Saltemos, comencemos a quitarnos toda esa ropa del invierno y dejemos que el sol caliente nuestra piel.
Saltemos de nuevo.
Perdamos la respiración y acabemos jadeantes como locos, como niños que pierden el juicio.
Corramos todo lo rápido que podamos, subamos a las montañas a asustar a la nieve, disfrutemos del agua del deshielo, dejemos que la vista halague a aquello que vemos, dejemos que la luz nos ciegue.



Es tiempo de primavera. Y ya se sabe, dejad que la sangre se altere, que suba la bilirubina, etc, etc, etc.
No perdamos el control a lo Historias del Kronen, ni siquiera a lo Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios...
Pero aprovechemos para hacer alguna locura. De esas que se hacen mientras se guiña un ojo al destino.

Se escuchaban ayer por la noche en un local cerca de unas terrazas en las afueras de Madrid las opiniones vertidas por una guapa dama. Ella sostenía, escuchada con atención el ¿chocante? titular de este post.
Quizás es el tipo de cosas que nunca se piensan. Pero de alguna forma estoy de acuerdo.
Toda mujer, supongo que todo ser humano, espera que le hagan sentir especial.
Se hablaba del miedo. De como no queremos jugárnosla hoy. De como todo se reduce a esconder la mano que tiro no ya la piedra si no la china para llamar la atención.
Ella reviindicaba el valor de aquel que se la juega y apuesta, que incluso disfruta con el riesgo, por aquella persona que despierta su, digamoslo así, atención.

Francamente, me encanta el riesgo. Y más en primavera.
Vamonos de vacaciones, por favor. La playa espera.

Enjoy!

martes, marzo 03, 2009

Bailar

Dos semanas muy duras sin horarios de ningún tipo tienen como premio este martes de lluvia.
Dos semanas es lo que ha durado esta montaña rusa. Lo bueno de estas atracciones es que no duran mucho. Supongo que no podrian durar más sin correr el riesgo de morir en el interno.
Lo malo es que cuando uno es masoquista al terminar se vuelve a poner en la cola y si, como es este caso, no hay cola, se convierte en un sin parar de subir y bajar, de expectación en la lenta subida, emociones fuertes en la caida, ilusión en la remontada y, como no, cierta decepción al llegar al final.

Pero no me puedo quedar. Después de todo este último fin de semana volví a ratios normales de horas de sueño / horas del día. Claro que lo que considero normales suele ser bajo...pero aún así todo parece volver a la normalidad.

Es curioso que a pesar de la lluvia espero con ilusión. No sé muy bien qué. Por un lado si, el corto plazo, la maravillosa tertulia que hay preparada para este viernes al más puro estilo Iker Jiménez. Las largas jornadas laborales que últimamente disfruto no tengo aún muy claro por qué. La lectura de mi querido sueco Stier Larsson (si, a pesar de ser bestseller, lo recomiendo) o una comida y kick off de los preparativos para el próximo enjoy.
Todo eso a pesar de que aún no huele a primavera en las calles. ¡Ay, como lo echo en falta!

Lo que pasa es que me fijo en el medio plazo y se ve borroso. Al medio plazo solo le pido unas pequeñas vacaciones, más tomatitos cherries (que me he vuelto adicto) y, mira por donde, que alguien baile conmigo.