lunes, octubre 27, 2008

Preparados para el fin, que ya no queda nada



Comienza la desconexión...
A pesar de los últimos regalos de este verano en forma de días soleados y buenas temperaturas no podemos evitar que el otoño aleja el sol de nuestra parcela en la superficie terrestre.
El jueves nos dió ya un susto con una bajada repentina que a más de uno pilló por sorpresa por la mañana temprano en el camino hacia el trabajo.

Y es como una cuenta atrás. Mientras temo lo que vendrá a mediados de semana espero con ilusión la navegación hacia las islas en la que me enbarcaré el fin de semana. El temporal será compañero nocturno mientras caminamos hacia calas de Ibiza y Formentera.

Pero mientras pienso en el futuro, este gigante nuestro sigue girando y los humanos hacemos por vivir en él.

La bolsa se hunde, los dramas se suceden y todos miramos alrededor no vaya a ser que nos toque a nosotros en la siguiente. La temida crisis es como el temporal y la nieve que en poco tiempo vendrán.

Pero no quiero pensar en ello. Prefiero quedarme con el regalo de este otoño parco en puentes y días festivos. Quedarme con la excursión por el, llamémoslo así, rincón de la romería, ese monte, ese valle que observa silencioso como Madrid crece día a día, como echa sus humos contra el que apenas se queja, que observa como los urbanitas volvemos atascados domingo tras domingo al corazón de esta nuestra ciudad.

Ese rincón monte arriba de Cercedilla, allá sobre Navacerrada donde tiempo atrás se atrevía a alzarse orgulloso el puesto de control de la Bola del Mundo.

Una foto de un rincón donde merendar, por el que caminar que en breve volverá a estar cubierto de nieve.
Un rincón cercano en el que los pinos nos ayudan a olvidar. Y a seguir viviendo. Un lugar que seguirá igual cuando no haya crisis, cuando la ciudad sea otra y cuando nosotros hayamos pasado a ser también otros. Allí donde nuevas generaciones habrán aún de descubrir los pequeños secretos que ahora disfrutamos nosotros.

jueves, octubre 23, 2008

Enjoy VI: Los Recuerdos del Ayer

Un año más, con un par de semanas de retraso, eso sí, el Enjoy llegó, en esta ocasión de la mano de series de los 80.



Fue el proyecto más ambicioso de todos los anteriores pues combinó las tradicionales Gymkanas de los Enjoys con sus comidas y juegos con los grandes espectáculos al más puro estilo MammaMía Show y Se lo que hicisteis el último Carnaval (que había sido las dos ediciones anteriores)
Para aquellos que nunca han estado en un Enjoy resulta difícil describirlo. Gente ya con una reputación que mantener comportándose como auténticos niños, corriendo, actuando, disfrazados, haciendo el payaso. Pero esa, por supuesto, es la imagen más oscura de aquellos que no se saben divertir.
El Enjoy es un concepto, una oportunidad para volver a ver a viejos amigos, para conocer gente nueva, para recordar viejos tiempos y para volver a sentirse joven, para experimentar ciertas locuras dentro de un marco controlado...relativamente.

En esta ocasión el resultado se puede calificar de éxito. 48 asistentes, 39 quedándose a dormir, 4 actuaciones, 3 juegos y una larga noche de bailes.

¿con qué quedarme?
No sé, cada cual de los asistentes podría quedarse con alguna escena, con un momento. Quizás las cañas entre juegos y cena, las escenas de V con las malísimas DIana y Lydia, las de El Coche Fantástico con nuestro particular Michael Knight al estilo hombres de Paco o el colofón final de Vacaciones en el Mar. Quizás con los bailes nocturnos que a alguno de las habitaciones superiores dejó sin dormir o quizás, con las anécdotas de cada momento: los coches que escondían otro tipo de sorpresas en las tinajas de la bodega (aunque no todo el mundo las descubrió); los comentarios de la señora al hacer la compra: ¿no se os estropean tantas manzanas?; la búsqueda de las pistas y la inexplicable respuesta: Melmac; las palabras de elogio: "ese acento extranjero te sale genial" (dichas a una de las artistas que efectivamente no es local); esos comentarios de última hora de la noche entre risas y bailes y acciones que buscan ¿salvar?

Yo me quedo con un agradecimiento especial a las tres colaboradoras de este año, miembros imprescindibles de la organización por su dedicación y entrega. Y me quedo con las ganas de pasarlo bien de todos los asistentes.

A los que no pudísteis venir, quizás el año que viene.

Enjoy!

lunes, octubre 13, 2008

El tiempo

Ese es mi peor enemigo: el tiempo.
Se escapa, no me deja terminar nada. Toca a mi puerta un día tras otro para que termine las cosas, una detrás de otra.

En estos días en que se juntan tantas cosas de siempre con otras más nuevas y en las que los preparativos del enjoy cubren el día a día, en el fondo, me siento feliz.

Será cuestión de masoquismo.

Pero no tengo tiempo para más.

lunes, octubre 06, 2008

Nebulosa

Una nebulosa es una región del espacio constituida por gases y polvo.
Nunca he estado en una nebulosa; de hecho, creo que será imposible que ninguno de nosotros llegue a esos sitios en breve; más bien tendremos que esperar unas generaciones.



Pero hay otro tipo de nebulosas en las que sí que nos encontramos de vez en cuando.
Las llamo así porque la sensación es (o debe ser) igual a la que se experimentaría viajando por tan éxótico lugar. El polvo y los gases engañan a los sentidos y al igual que en un sueño no sabemos qué es realidad y qué es ficción. Qué caras se cruzan ante nosotros como espectros o simples hologramas frente a otras que son seres de carne y hueso.

Sin embargo, haciendo gala de una de las máximas: "en el riesgo está el placer", haciendo gala de ella, me siento cómodo en medio de tal maraña de turbaciones para los sentidos.
Y es que las nebulosas tienen una notable importancia cosmológica ya que son los lugares en donde, por fenómenos varios, nacen las estrellas.

Hay días que son muy reales y tangibles. Pero otros, sin saber el motivo, quizás por la novedad, quizás por lo estraño del momento o del lugar nos sentimos en una nebulosa.
No sé muy bien cómo se forma, como nace en el entorno. Solo sé que un día estás terminando de trabajar en un mundo real y entras, sin saberlo, en un mundo totalmente difuso de fin de semana. Muchas gentes, muchas caras, se esconden en la nube y te dejas llevar. Simplemente vas como un ciego dando palos medio metro delante envuelto en la bruma, escuchando el mar y sintiendo como la adrenalina se acelera.
Es común, en medio de esa confusión encontrar personas, caras nuevas, algunas de ellas sirenas en medio de la noche como aquellas que un día llamaron a Ulises.
Las leyendas hablan después de algunas de estas personas; son como personajes de ciencia ficción, de los que todo el mundo duda de su existencia.

Pero hoy lunes, después de un fin de semana en medio de la niebla de esta nebulosa personal puedo decir que "yo las vi"



Y entre tanto, me pregunto si en esta nebulosa también nacerán estrellas.