Una Sesión de Magia

Una sesión de magia siempre resulta divertida. De pequeño me gustaba buscar el truco y descubrir qué se ocultaba detrás de aquellos objetos móviles, aquellas cartas marcadas, aquel silogismo de adivinación...
Era cuestión de intentar demostrar que no había realmente nada mágico.
Sin embargo, ahora me doy cuenta de que, por supuesto no hay nada mágico. Se trata disfrutar del espectáculo. Es una simple cuestión de habilidad. Y lo que hay que admirar no es la supuesta mágia sino la capacidad del mago para engañar a nuestros sentidos; para burlar nuestra guardia.
Y por supuesto aprender de ello...porque en la vida real también podría pasarnos...no? y, eso si, sin estar avisados de que el que está enfrente es un mago.
Entre tanto, nuestro amigo Fran sigue con sus cursos de magia, mejorando sorprendentemente. Este fin de semana pasado, fue su debut. El nombre es lo que no me gustó mucho. Asi que lanzo esta anotación para que propongáis algún nombre para el mago. Si la propuesta gusta, seguro que la acaba adoptando, ¿no?

48 horas autistas

Viajar a principios de Semana Santa para volver a la ciudad el jueves o el viernes ofrece la posibilidad de descansar tranquilamente mientras el resto de la gente se agolpa enlos atascos. Sin embargo, en esta ocasión, para mi ha supuesto un frenazo demasiado brusco. Al regreso la soledad me ha podido por una vez y las dudas sobre el futuro dentro de unos años me han vuelto durante unos días autista, recluyendome a la reflexión.
Hoy, 48 horas después, un partido de paddle me devolvera a la realidad que comenzará de nuevo mañana con el golpe de regreso a la oficina.
Sin embargo, es un síntoma de que necesito un cambio. No se cuando llegará. Pero necesito un cambio.

La mujer de tu vida

Si, ese era el nombre de un programa de tv, creo que los viernes, hace al menos quince años. No se porqué me ha venido a la mente en las recientes semanas aquella canción que en un estudio cantaban personajes variopintos con cara un tanto panoli como cierre a la serie. En aquel entonces, siendo un joven de edad quizás demasiado escasa para ver aquello, no entendía muy bien porqué aquella gente, aquellos chicos variopintos pero siempre inocentes, renunciaban a su vida de siempre para cambiar radicalmente llevados por una dama de los ochenta que se cruzaba en su vida. Hoy en dia lo entiendo más si bien mi tradicional fuerza de espíritu siempre me guía por el camino que parece adecuado. Me pregunto, sin embargo, si quizás debería dejarme llevar por un cambio radical, si debería desaparecer. ¿Tu que opinas? Es, en suma, una perdición, una locura, o, por el contrario, es la perdición necesaria para encontrar la felicidad?

Mimi y La Boheme

Noche de fábula en el teatro real de Madrid. El tiempo acompañó y el paseo a la luz de la luna creciente ayudó a crear el embrujo que la representación fue incapaz de llevar a mi corazón.

Un primer acto más bien modosito en una obra que despertó con el final del segundo acto.

Lamenté profundamente la escasez de presupuesto de la organización. Confío en que la mayoría del público esté dispuesto a que medio € de la entrada sirva para comprar algun que otro frasco de 3 en 1 para la tramoya cuyo quejido sonrojaba a la solemnidad del teatro.

El tercer acto mejoró notablemente para deleite de los espectadores para culminar con una espectacular actuación de Mimi en el cuarto acto. Estrella indiscutible de la noche que dejo a la altura del betún a Musetta que desperdició su oportunidad en el segundo acto.

Algunos errores situando un flamante coche de los años veinte en una escenografía supuesta en 1830 en Paris fácilmente perdonables.
Genial el comienzo del cuarto acto a punto de formarse una batalla campal. Muy bien el cambio de tercio. Como el ying y el yang

En suma, Mimi no fue capaz de cautivar mi corazón, pero desde luego lo hizo mucho más que la pobre Musetta que con su cantar simplemente zascandileó con el público de igual forma que lo hacía su personaje con el vizconde.

La próxima vez habrá que conseguir mejor entrada y predisponer el alma y el corazón hacia la locura antes de silenciar el móvil cuando se levante el telón.

Ante todo control

Siempre hay días mejores y peores. También cuando uno sale por ahi. Y mientras algunos días uno puede darse a la danza, al juego y a la diversión, otros se recluye en una esquina con algún amigo o amiga para charlar. Los temas entonces son diversos. Algunos absurdos. Pero en cualquier caso divertidos.
Eso me ocurrió el pasado sábado cuando acabamos Isabel y yo hablando del control.
¿Han ustedes experimentado el control en alguna ocasión?
Se trata de ese juego tan divertido que se da a las dos o las tres de la mañana en cualquier bar de copas. Como el que nosotros presenciamos. Aquella dama jugaba a ser la mujer dura. Mala, matadora, que sabe lo que quiere. Lo malo es que aquel chico sabía también lo que ella quería. Por eso el jugaba al "no me entero de nada, vivo en las nubes"
Lo bueno de ambos juegos es que son compatibles como se demostro. Ella dejando clara la frontera. De aquí no pasas salvo que yo quiera. El diciendo yo es que pasaba por aquí y no tengo intención de cruzar.
Luego una lengua, dos lenguas y a jugar al control. Al control de manos por supuesto. ¿Hasta donde llegan las manos? Si se pasan ella recoloca. El lo sabe y a la siguiente aunque el control está lejos no avanza. Ella se acerca, el se lanza, ella lo para. Unos milímetros más. Es divertido. Contarlo no está a la altura. Lo mejor es verlo y discutirlo. En no se si estaremos de acuerdo. Pero en lo que seguro que estamos de acuerdo es en que, lo mejor, dsifrutarlo.