miércoles, enero 31, 2007

Cuando los caminos son distintos

Ayer pude cenar con una amiga. Hacía bastante tiempo que no la veía. El hecho de que vivamos en ciudades diferentes nos ha empujado a ello.
La verdad es que nunca nos hemos visto mucho. Siempre en ciudades diferentes. Pero antes, como parte de un grupo de amigos, organizábamos cosas en las que participábamos ambos. Era algo divertido que supongo hizo que estuvieramos un poco más cercanos.
El tiempo quiso que esos amigos nos vieramos menos. Todos seguimos caminos distintos...
Sin embargo, a pesar del tiempo y de que nos veamos menos, cuando podemos y coincidimos, lo pasamos bien, como anoche.
Me alegro mucho de que sea así.
Es cierto que en la vida con el paso del tiempo la vida nos acerca y nos aleja unos de otros. Todos elegimos un camino distinto cada vez y no siempre vamos por el mismo sendero.
Pero es muy agradable recordar en pequeños encuentros los tiempos que fueron y ver que el calor de la amista sigue presente.
Me da pena cuando los caminos aunque no se cruzan no permiten tender lineas, siquiera telefónica, desde unos hasta otros. Supongo que depende de cada uno de nosotros.

jueves, enero 25, 2007

Egipto

Se me han ido unos dias sin escribir. Y es que los viajes se han multiplicado estos ultimos dias. Egipto fue el destino del último. Una locura de viaje de dos días de trabajo, de llegada a las cuatro de la mañana y primera reunión a las ocho, sirviendo, eso si, para encontrar un hueco para leer mi ultimo libro pendiente, Mr Chica, de Tim Crisold, regalo navideño cuyo final aún se resiste.
Pero no he abierto este post para hablar de trabajo o de libros (que también podría ser) sino para hablar de viajes, de sitios, de gentes, o mucho mejor, de las sensaciones que estos transmiten. Por una vez, el viaje de trabajo dejo dos horitas, casi tres, para recorrer los lugares cercanos y mientras mi boca se abría después de cenar en un barco en el Nilo a lo turista total y de cerrar los temas laborales a última hora de la noche, el cansancio quedó a un lado recien salido el sol para visitar las pirámides de Giza. No hablaré de ellas; mucho se puede encontrar en los libros.
La verdad es que cada vez que voy a un nuevo pais (nuevo para mi), me embarga una sensación extraña; mezcla de miedo y curiosidad. Y en esta ocasión no ha sido menos. Lo que más me gusta esa sensación es lo despiertos que mantiene a mis sentidos. Estos se activan al 100% en busca de datos, captando información, detalles, gestos. Impresiones.
El siempre turista europeo que por muy casual que vista no puede evitar el color de su piel ni su idioma de madre colonial nunca he entendido bien como es visto. Quizás con desidia, la del "bah, uno más", quizás con ansiedad, "lucky taxi driver?" o la de tantos que se cruzan mirando en las calles.
No siempre es fácil encontrar las palabras para describir estas sensaiones y a la gente. Las miradas. Siempre me ha gustado intentar descubrir las ideas que se esconden detrás de las caras nuevas. Y los viajes como no, la gente nueva, nueva para mi, claro, son la oportunidad perdida que despierta mis sentidos.
Y mientras un turista más, por dos horas, eso si, vuelve de su recorrido de turista, su mente se deja engañar pensando que ese lugar tan exótico donde encontró los pergaminos verdaderos es un secreto bien guardado para pocos elegidos y que el jardín de perfumes, al sur de la ciudad, es fuente de balsamos y perfumes de rica magia y mientras en la habitación del hotel cierro las últimas maletas, encerrado en el occidental, dejo, al cerrar los ojos, que el sueño piense que la brisa es lamento del desierto que golpea la noche tras la celosia de una torre de las mil y una noches
Y tras este retrato inocente de niño, me quedo con dos cosas. Una, con los detalles necesarios para poder ir la próxima vez de forma independiente (más o menos) si toures preparados, y otra, un pequeño regalo para un alma de la que ultimamente me he acordado bastante.
Este Bosco mío siempre tratando de sorprenderme.

lunes, enero 15, 2007

¿ Y tu no cambias?

En estos días he tenido la oportunidad de conocer un poco más a algunas personas que había conocido a lo largo de 2006.
La situación personal de todos ellos, tan variopinta y a la vez tan cercana que los hace, nos hace compartir momentos, ha despertado en mi ese caracter de analista funcional, mente de ingeniero ALU, que llevo dentro y me ha hecho reflexionar.
Quizás lo común a todos ellos es su edad, algo en lo que me superan más o menos significativamente, en la treintena larga, casi en los cuarenta.
Y el motivo de la reflexión ha sido el transcurrir de la vida, como cambian las cosas, como hay leyes más o menos escritas...
Decía la madre de un amigo mío, otro de esos recién entrados en la treintena que no tiene pintas de casarse, que en la vida hay que formar una familia, que hay que ir pensando en tener niños, que hay que sentar la cabeza.
En el otro lado estaban mis amigos los singles, los fortunate singles de mi amigo H, los LAT, etc, etc, que promulgan los nuevos modelos de vida, la soltería, las relaciones liberales, eso que supongo se dice a los 30 para justificar...
Pero viendo ahora a los que nos aventajan en 10 años, los hay que han terminado sus relaciones, algunos con niños, otros que han seguido el modelo "guay" y viven su soltería con cierto sabor agri-dulce, otros que siguen su modelo de matrimonio/pareja de lo más variopinto, de evolución familiar, de locular conyugal, de pasión y también de desidia...
Al final y sin extenderme más, quería llegar yo a que, después de todo, los seres humanos buscamos lo mismo siempre. (Y aquí que cada cual piense lo que quiera, quedándose en la superficialidad de la lujuria o entrando a las locuras del cerebro o, mejor, del alma).
Lo realmente difícil es encontrar algo que dure siempre, que nos haga felices siempre y que nos traiga la estabilidad que todo buen amante del riesgo necesita.
Supongo que nuestro nivel de exigencia, niños caprichosos que somos, nos lo pone asi de difícil.

jueves, enero 11, 2007

Humanidad

Me gusta de forma especial descubrir el caracter humano de la gente. Me da confianza. A veces igual en exceso. Pero me gusta.
Me explico, aun no siendo muy bueno en ello.
Es fácil conocer gente. Pero todos ponemos nuestra pequeña barrera. Y si bien muchos sabéis que soy muy social, que conozco mucha gente, etc, etc, a veces me da pereza cuando conozco a alguien y veo esa pequeña barrera, normal por otro lado de desconfianza, o de ser políticamente correcto al principio.
Pero lo que menos me gusta es que esa barrera perdure. Porque la mía, al menos eso intento, tiendo a quitarla en breve.
Hay algunas personas, sin embargo, que aún sin quererlo, tienen cierta timidez que les hace ser opacos, mantener esa barrera.
Es por ello que cuando estas personas, voluntariamente o no, me muestran algo más de como son, despiertan en mi un cariño especial.
Cuento esto porque algo así me pasó con una amiga ayer. Bueno, entre ayer y antes de ayer, en diversas situaciones que se dieron. Y aunque no entre en los detalles, merece la pena celebrarlo.

jueves, enero 04, 2007

¿Y tu a quién quieres?

¿Tu quieres a alguien? ¿De verdad?
¿Lo suficiente para sacrificar cosas importantes?
Bueno, no es que me haya vuelto loco ni mucho menos. Estas preguntas, puestas así, de repente, quizás sorprendan. Especialmente después de la locura de posts que vengo poniendo, tan llenos de fiestas, de recuerdos a veces, de atolondramiento (si se puede decir así...)
Pero resulta que últimamente tengo algo más de tiempo. Y mientras me decido por qué camino tomar en mi trayectoria profesional en estos tiempos de fusión, aprovecho los días de menor carga de trabajo para dejar que la mente se pierda con historias de ficción, cine, televisión (algo tan raro en mi...), teatro...
Y quizás el cine me ha traido películas, estándares, pero de vidas menos complicadas. O en las que los personajes tienen perfiles, eso, de película, en los que las cosas resultan más símples.

El caso es que aprovechando una de esas escenas (o varias) en las que alguien hace algo tan tonto como dar un objeto valioso, quizás solo de valor sentimental, a alguien a quién quiere, a alguien que significa algo en su vida (no solo hablamos de amor, no seamos peliculeros...), me pregunté hasta qué punto estamos nosotros, estoy yo dispuesto a dar algo importante por alguien.
En las películas, sencillas ellas, resulta bastante fácil. Las circunstancias extremas a las que nos lleva el guión lo pone todo más fácil quizás por aplicar ese "nada importa nada ya..."
Pero me pregunto si somos, si soy capaz de hacer ese tipo de cosas en la vida real, cuando la situación así lo requiere.
Y no estoy contento con la respuesta porque la duda está ahí. O porque no veo claramente un lazo lo suficientemente profundo como para tomar ese tipo de decisiones con decisión, redundacia a parte, y no llevado por las circunstancias.
Porque muchas veces las circunstancias nos hacen hacer cosas quizás políticamente correctas que no haríamos necesariamente por voluntad propia.

Y entre tanto, las películas acaban, las vueltas de cabeza sobre el trabajo vuelven, y la vida se reactiva con las clases, con los amigos, con las cenas, el trabajo, lo más político...
Y para que no se me olvide que en un momento dado pensé así, escribo esto. Prometo responder aquí mismo cuando, en una situación, tenga una respuesta clara.
Entre tanto, ¿tu qué piensas?
O dicho de otro modo. ¿qué haría la bruja y que haría el inquisidor? ¿ y qué haría el pastor que no es protagonista en esta historia?

Que los reyes sean buenos con vosotros.

Enjoy!

martes, enero 02, 2007

2007. Las brujas ya están aquí

Este fin de año se me ha escapado sin darme cuenta. No sé muy bien por qué, pero cuando los niños de San Ildefonso cantaban a la Navidad con sus premios, esos que nunca me tocan, en un abrir y cerrar de ojos, me encontré mirando la pantalla a la vuelta del día 2, con ese sabor de ya pasó lo que que se daba. Debe ser que este año no tomé vacaciones y los fines de semana de 3 días resultaron escasos para recordar, para ver a muchos amigos y para pasar una Navidad más.
Aún quedan, claro está, esos días hasta el lunes en los que preparar la noche de reyes, alguna cena conmemorativa de jueves o un sábado lleno de sorpresas.
Pero la sensación es la de todo ya pasado.
No quiero cerrar el post sin antes comentar los cambios que este fin del 2006, año de la pera ha traído. La templanza del viaje a Soria son un fiel reflejo de ello. Pero quisiera quedarme con la nochevieja en el Vánitas, donde este año fuimos menos, donde la gente se lo pasó bien y donde una vez más nos encontramos con la batidora. De nuevo me faltan palabras para describir las sensaciones, al final, lo más importante, pero debo decir que se están produciendo cambios. Cambios en las relaciones con las personas y con los amigos. No a mal, ni mucho menos, simplemente a algo diferente. Reforzándose algunas. Y es algo que venía siendo necesario. Pues esta mente inquieta siempre necesita cambios.
Así pues, estos vienen este año de manos de las brujas. Debo reconocer que siempre me han gustado las brujas. Tanto siendo parte del aquellarre, como siendo inquisidor en su persecución o, simplemente, espiándo en el claro del bosque.
Y mientras averigüo quien manda los Apitalipsis, tarea por otro lado relamente imposible, escribo estas líneas que hablan de cambio pero que no saben decirme hacia dónde se está produciendo este.
FELIZ 2007 a todos.