miércoles, septiembre 26, 2007

Girando

Giro sobre mi. Veo un pasillo. El camino lleno de obstáculos. Un ordenador. Muchas pantallas. Las pantallas están llenas de programas. El excel vuelca números en columnas cual matrix enloquecido. El word no deja de escribir líneas y líneas, una detrás de otra, todas perdidas, sin tiempo a leer. Una voz explica a velocidad ininteligible las transparencias de powerpoint que no puedo ver.
Giro sobre mi. Veo el 0tro lado del pasillo. Veo pantallas llenas de caras. De imagenes que salen de ellas. Juegos, cenas, risas, centellas. Una casa que se limpia sola. Una fregona que baila un vals con la escoba. Las luces que suben y bajan. Giro, igual que la lavadora. Viajo, los sitios ahora cambian. La gente se mueve deprisa, como conejitos de duracell. Los modelos cambian. Zara hace su agosto. Las tiendas me rodean. El vips se hunde en luces que se encienden y se apagan en voces y más voces que no entiendo.
Giro sobre mi. Veo periódicos. Anuncios recortados. Veo una partida de risk. Dados que caen. Soldados que se mueven. Una tele. Un periódico. Un programa. Acción trepidante. Cine. Frio, calor. Veo los ojos cerrados que me muestran la playa y el mar. Más frio. Una piscina. Una montaña que subir. Un camino que seguir. Un sendero envuelto en aire puro. Aire vacio de sentimientos que golpea mis mejillas aquí y en cualqueir otro lugar. Un avión me lleva lejos, me trae, me vuelve a llevar. Europa decrépita me ve pulular. Y todos se alejan...todos se van.
Giro sobre mi. Y vuelvo a empezar. Pero la red me engaña y me enseña otras cosas. Y todas estas realidades vueltas imágenes se transforman en fantasía, en mágia, en sueños, en duendes con los que soñar, en ideas que vienen y luego se van. Se transforman en la imagen de una cara estática que veo que parece que me llama. Alargo mi mano, la quiero tocar, la quiero sentir, quiero saber como es pero no puedo, pues el espejo es muy real. Y la imagen se asusta y se vuelve a echar para atrás mientras me pregunto cuando, por fin, algún día, quiera cruzar y entrar en este mundo en el que vivo, este mundo, para mi real.

Y tu que lo lees, que entiendes lo que digo ¿te atreverás?

lunes, septiembre 24, 2007

¡Otoño! ¡Como no!

Supongo que ha sido así, de repente, como quien no quiere la cosa. El Otoño ha llegado y me ha pillado por sorpresa. Supongo que porque este centro de la ciudad no se deja influenciar por cambios climáticos.
Pero los grados bajan, la ropa ya no sobra, o quizás a ratos si, y el cambio de tercio marca el comienzo de temporada. Niños que van al cole, que empiezan su rutina, jornadas de verano definitivamente olvidadas, la hora que pronto, en menos de un mes, cambiará devolviendonos a la oscuridad.
Los grados bajan también en el reciente recuerdo de sábado, en una excursión, subiendo de nuevo a la sierra, Cotos, la colina de los Noruegos, la Bola del Mundo, la Cuerda Larga, Iron Heads...
Una excursión para despedir la temporada espeicalmente para nuestro querido montañero que se recluye al estudio este año. Una excursión para recordar que los tiempos que corren no son ni mucho meno los mejores en forma, algo que se nota con los achaques de después. Es la vida.
Pero no desespero. La noche promete. O eso parece antes de que empiece a llover. Me desilusiona la noche Blanca. Quizás porque esperaba en ella algo de magia. Quizás porque el Matadero no está a la altura de las circunstancias. El arte resulta demasidado avanzado para mis conocimientos, para mi ¿incultura? y me pierdo entre barracones donde se pierden los detalles en la falta de entendimiento. La música, al otro lado, la complementan el agua caída, el calor infernal y la ternera.
Quizás un paseo anterior por el centro hubiera sido más provechoso. Pero está claro que nunca iré al Prado el dia que la cola es más larga o cuando más gente se espera, por ejemplo. En cualquier caso, la decepción inicial evitó que me uniera al resto del grupo en su periplo.
Quizás el Moma y su sugerente invitación hubieran dispuesto mejores resultados. La noche, quiso que no.

jueves, septiembre 20, 2007

¡Experimenta!

Siempre he dicho cosas como "el que la sigue la consigue", "hay que luchar para conseguir algo", "no nos acomodemos, luchemos" y tonterías, en el sentido más abierto de la palabra, como estas.
Y lo digo porque resulta fácil quejarse. Decir que todo va mal, que no accedemos a cosas que otros que tienen más "suerte" si, etc, etc cuando lo verdaderamente es que no nos arriesgamos. No siempre es fácil arriesgarse. Siempre es mucho mas cómodo dejar que las cosas pasen, no asumir que igual perdemos lo que ya tenemos...Pero no nos damos cuenta de que esto luego quiere decir que no accederemos a ciertos...llamémoslo, premios.

Normalmente me siento muy molesto con este tipo de situaciones o de personas. No con los que optan por dejar que las cosas pasen, que se conforman con lo que hay. No, eso, por supuesto, es muy respetable. Me crispan los que mantienen una actitud totalmente negativa al respecto y luego se quejan por todo.

No os voy a contar mi última situación de estas, apenas hace una hora, en una reunión donde ante un conflicto que teníamos que intentar solucionar, una de las personas no ha parado de criticar, negarse a hacer nada y abogar por el "esto no funciona", "pues no voy a hacer no se qué porque para lo que sirve", tantas peticiones, etc, etc, etc.
Que por cierto, anda que no hay que tener mano izquierda para sacar provecho de estas situaciones...y hacer que todos salgamos ganando.

Os hablaré de como sin darme cuenta, hace un par de días me encontré en la situación contraria. En casa del herrero...cuchillo de palo.
Siempre me quedo, o bueno, no siempre, a veces, de que los viajes de trabajo son eso, de trabajo y que realmente no se puede casi visitar nada ni conocer, en muchos casos, dado lo ajustado de los horarios. Sin embargo, arriesgando un poco...¿pueden cambiar las cosas?
He estado varias veces en Rumanía en los últimos meses. Una de las veces incluso tuve el tiempo necesario para visitar el centro y algunos lugares de interés; Y una de las cosas que más despertó mi curiosidad fueron los conciertos, siempre muy sonados, nunca mejor dicho, en los diferentes auditorios, teatros o palacios. Siempre, sin embargo, había preferido la vuelta al hotel, la cena tranquila, incluso un baño en la piscina del hotel cuando las circunstancias lo permitían.
En esta ocasión, sin embargo, tuve la oportunidad de asistir a un concierto, básicamente empujado por las circunstancias, los clientes y los compañeros locales, de la filarmónica de Bucharest.
La experiencia no pudo ser mejor. Siempre faltan palabras para describir lo que se percibe solo escuchando o viendo.
Pero la lección aprendida fue que arriesgar la tranquilidad de la vuelta al "hogar" en forma de hotel y el sacrificar horas de sueño (hasta dormir sólo 3 si quería coger el avión al día siguiente), supuso un premio a disfrutar.
Y la rabia de decir...lleva cuidado, que te vas volviendo mayor y cómodo...

En fin, la verdad es que después de releído, el ejemplo quizás no refleja todo lo que inicialmente quería decir, o simplemente es demasiado superficial para la importancia de la lección principal. Pero el caso es que a mí me sirvió para recordar cosas importantes. Y tal como lo sentí, así os lo comento.

Enjoy! que ha es viernes (o casi)

lunes, septiembre 17, 2007

Miedo

Este fin de semana ha sido muy tranquilo. Unos preparativos para la fiesta Enjoy del próximo día 6, una noche de marcha sin mucha marcha, y un cine de domingo
He puesto el titular de miedo porque la pelicula de ayer iba de eso, del miedo. Una peli mala, por supuesto, de las que mañana nadie recordará. El guionista creó la misma mientras tomaba unas setas alucinógenas y, como no, el argumento va de eso, de setas alucinógenas y el terror de un grupo de jóvenes que no saben si lo que ven es real...o no...a pesar de ir acabando con todos ellos.
El final, sin embargo, me gustó. Así como las recreaciones de los bosques. Y por eso lo comento aquí.

En fin, me parece un poco triste quedarme con la peli como resumen del finde. Quizás porque no estoy escritor hoy...como últimamente, por otro lado. Quizás estaría mejor hablar de la tarde en Toledo con los preparativos, si, el enjoy será una gymkana por Toledo este año (esas locuras que organiza Bosco de vez en cuando...) o la noche tan pesada rodeado de ánimas.

Mientras busco algo para tomar que acabe con la sequía de palabras, os dejo un saludito desde Bucarest. Y, como no, también un cariñoso abrazo a Gaby, agradecido de nuevo por pasar por aquí. !Espero que te sigamos viendo!

lunes, septiembre 10, 2007

Y de repente, un fin de semana

Los seres humanos solemos ser animales de costumbres. Nos gusta la aventura, conocer cosas nuevas, sitios nuevos, pero al final, lo que más nos atrae cuando estamos cansados y queremos desconectar es nuestra vida de siempre, nuestros planes de siempre que nos llenan, al menos durante un tiempo, nuestra gente...
Sin embargo, en esta situación, de repende, de improviso, sin saber porqué, llega un moento en que ocurre algo totalmetne inexperado, de improviso, de sopetón. Algo que sale bien, mucho mejor que si se hubiera planificado y que luego recordamos con mucho cariño.
Para mí este fin de semana ha sido así. Por la gente nueva que conocí el viernes, improvisado encuentro en el Berlín Cabaret donde hace ya más de dos años empezó la batidora, encuentros que derivaron esta vez en un poco de caos por la gente y los muchos asistentes la aglomeración y el garrulismo italiano (la marquesa si pone un comentario al post podrá explicar esta parte) y que realmente no sé si derivaran, como fue el caso de la batidora, en mucho o en nada más.
Por la boda del sábado, una boda digamos rara a la que me ilusionaba ir a pesar de estar totalmente fuera de onda, por los encuentros que podria haber después y que no se consumaron, por la integración de la gente y por los horarios desfasados que terminaron en domingo de cine.
Un domingo tranquilo en que mi particular visión del graduado dejó paso a Tocar el Cielo, el final perfecto para recordar que la vida es eso momentos. Momentos que vivir antes de que el alguien o algo nos los arrebate.

miércoles, septiembre 05, 2007

Erasmus

Llevo unos días que me siento especialmente práctico, pragmático. Y eso se traduce en que no soy capaz de cubrir mis siempre altas necesidades de melancolismo, romanticismo, etc. Me convierto en una persona activa, lanzada, y casi no pienso en nada.
Es por eso que hoy al ir a escribir, pensé que sería una tontería escribir de cosas cotidianas. O al menos no me sentiría cómodo haciéndolo. Así que haciendo uso de mi pragmatismo actual, pensé en un tema que pudiera devolverme, al menos por unos minutos, mi estado de melancolía habitual, ese que tanto me gusta y que caracteriza a Bosco, a esa personalidad mía que supuestamente escribe y qe aunque viva, ya no tiene ni la mitad de glamour del que tuvo en aquellos tiempos gloriosos de finales de siglo (algunos Halloweens que lean esto seguro que lo recuerdan y quizás incluso se atrevan a hacer algún comentario sobre aquella etapa)
El tema elegido fue entonces los erasmus. Quizás porque mi época como tal hace ya casi 10 años fue una de las más melancólicas.
Ojo que la palabra melancolía no es trágica ni mucho menos. Todo lo contrario. Uno se puede sentir muy feliz mirando un atardecer melancólico de otoño, recordando tiempos vividos y pensando en tiempos por vivir, o descubriendo nuevas reflexiones en una playa al atardecer, palabras y conversaciones que quedan para el recuerdo, por ejemplo, antes de un gran evento. En fin, situaciones que me vienen a la memoria.
Pero no nos desviemos. Quería hablar de los erasmus, esos que ahora son tan distintos a los que eramos hace diez años pero cuya esencia es la misma. Y no precisamente por el sobrenombre que nos acompañaba, el de orgasmus, sino por todo lo que la experiencia en sí traía.
Mucho se puede decir. Bueno y malo. Podemos escribir un relato, contar de que sirve, para aprender a conocer otras culturas, otras formas de hacer las cosas, de estudiar, pero sobre todo de vivir, de forma totalmente libre. Porque ahí está el quiz de la cuestión.
La vida del Erasmus permite huir del mundo de siempre, de la gente de siempre, de las obligaciones de siempre. Muchos son los que en mi periplo encontré que simplemente huían sin saber muy bien de qué. Muchos sin saberlo. Quizás yo mismo incluso. Pero también son muchos los que encuentran.
Yo encontré nuevos amigos, una nueva vida, libertad. La libertad es muy importante. Porque por un tiempo se pierden las obligaciones. Si, hay que estudiar, pero los niveles no son lo que debían ser y la vida deja libertad, mucha libertad. Para correr por sitios nuevos, descubrir nuevas gentes, nuevas formas de vida, para ir a fiestas, cometer pequeñas locuras, algo, o mucho desenfreno...
Muchos dirán que el orgasmus está bien puesto, por aquello de las fiestas, del desenfreno.
Pero no debe quedarse la vida de uno ahí. Porque después de cada fiesta, hay un final más o menos diferente, un baño en algún rio/piscina/mar, un amanecer en nuevas compañías, también un resaca importante.
Nuevos bailes que entender, nuevas formas de interaccionar, nuevos sitios que ver, nuevas costumbres.
Y hay anécdotas, muchas anécdotas que contar y que recordar.
Al final todo es nuevo. De ahí que la cosa resulte tan especial.

Y aunque se viaje y se conozcan sitios, pocos son tan queridos por los recuerdos como aquellos donde nos sentimos erasmus libres.

Creo que todo lo que he puesto antes no es más que una sucesión de cosas sin mucho sentido. Es el pragmatismo de hoy, que no deja paso libre a los sentimientos. Pero aunque las palabras no sean capaces de expresarlo, los sentimientos están ahí, los recuerdos de algo que por muchas cosas fue especial.