viernes, mayo 11, 2007

Bucarest

Bucarest es una ciudad llena de contrastes.
Contrastes enmarcados dentro de un todo uniforme que los disimula.

Bucarest es una ciudad en un bosque. Verde naturaleza a tono con el gris, beige de sus casas señoriales, en mal estado, contrastadas por los grandes edificios de colmenas con ventanas de madera, banderas nacionales y europeas por doquier y pesadilla de tráfico a todas horas en cualquier lugar.
Los nativos también son ejemplo de contrastes. La hospitalidad de mis compañeros de la oficina local, de la gente que encuentras por la calle, de algunos taxitas humildes y sencillos contrasta con la picaresca de esos otros taxistas con tarifas 8 veces superiores, que intentan timarte, de losrestaurantes en los lugares céntricos que intentan no devolverte el cambio.
Una ciudad a camino entre la picaresca del que no tiene para vivir y la humildad del que lucha por convertir a este pais, que me ha enamorado, en un lugar europeo más, siendo esto bueno...o no tan bueno.

Hay en la ciudad buenos parques, casi bosques, para pasear. Los más encantadores y mágicos, rodeados de apartamentos de 800k€ y restaurantes de trato especial.
Al contraste una vez más, pequeños locales en escondidas calles del centro donde la comida tradicional, la caza se alegra con jóvenes que tocan música local. La diferencia, el idioma. En los primeros pueden incluso hablar español, inglés por descontado. En los segundos, disfrutas del juego de conseguir comunicarte en una lengua mucho más parecida al castellano de lo que muchos podrían pensar.

Me queda aún 1 día más por aquí, antes de volver a la playa mediterranea ibérica. Pero me marcharé seguro con las ganas de perderme en el interior. Llegar hasta los dominios del conde Dracula, pasar por Brasovia, por Timisoara. y degustar en su lugar original uno de los típicos Brastok dulces de nueces o de cacahuete. No he sabido identificar de donde son realmente. Unos dicen Brasov, otros Timisoara...yo creo que depende del condimento. Nueces, Castañas, almendras...Algo que descubrir a la vuelta.

Mi recomendación está clara. Un sitio por conocer.
Os dejo hasta la vuelta de la playa. Por aquí seguimos con los actos de marketing y publicidad. Jugando a ser ganar. Espero que, esta vez, para no perder.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabes? Yo estoy enamorada de una ciudad. Mucha gente me mira raro si lo digo, pero no hay mejor sentimiento. Una ciudad siempre espera, siempre puedes volver, y si no tardas más de quinientos años en hacerlo, siempre la encontrarás igual... :)
Y sí: las ciudades del Este SIEMPRE son especiales (aunque no te garantizo mi imparcialidad en esta frase xD)

Always Candy dijo...

No he ido nunca, algún día lo haré,.. estoy empezando a abrirme al mundo, y me han contado maravillas,... amén de lo que tu dices.

Besos!! Me piro a Denia a pasar el puente :)

Unknown dijo...

Esa picaresca envenena el regusto de las visitas a paises extranjeros.

El rumano está conectado con el romani (que es como el castellano) Es asi?

Me has abierto el apetito por conocer rumania.

Bosco dijo...

Pues sí, es una sensación extraña. Les oyes hablar y parece español pero no entiendes nada!
Para la visita, creo que mejor esperar unos 4-5 años. Será una ciudad magnífica.

El artista antes conocido como Bosco dijo...

Yo tengo muchisimas ganas de hacer una cosa que se llama Romaniacs y que es cruzar parte de los Cárpatos en moto de campo a través de una de las mas salvajes naturalezas que existe en Europa.
No pierdo la esperanza ( y ahorro, claro)

Anónimo dijo...

Querido Bosco, podrías trabajar en National Geographic? Sabés hacer buenas fotografías? porque describís moconudo

Bosco dijo...

Gracias!
Bueno, las descripciones siempre quedan escasas de palabras.
Las palabras nunca son capaces de transmitir en toda su magnitud lo que uno ve y, sobre todo, lo que uno siente. Porque si no se siente, lo que se ve no llama tanto la atención