lunes, julio 10, 2006

Playing the summer

Los paréntesis son como sueños.
Los viajes son astrales.
Los lunes son duras vueltas a la realidad.
Cuando la luna encamina sus pasos hacia ese blanco esplendor que ilumina mis noches de locura, el tiempo pierde su sentido. Pero después, con el culmen del circulo completo, las sombras bajan a teñir de niebla mis pasos entre los árboles de un bosque en el que se difumina el sendero que quiero seguir.

De repente, una noche, como hidalgo anónimo en la corte del rey, asisto al renacer de los clásicos. Gil Vicente me lleva a la época de Lope. La luna en el horizonte, engalanada de brumosos vestidos encanta un ambiente que no se impregna en mi alma.
Mis ojos no muestran ya el brillo de antaño pues la ilusión es difícil de mantener y la cura de espanto de tanto tiempo atrás pierde mi concentración. La noche se termina de sopetón, cuando apenas la empezaba a disfrutar.
Al amanecer de nuevo un oásis. Pero esta vez la magia es distinta. Porque la repetición mata a la sorpresa.
Y es que cada día exigo más, no lo puedo evitar, y pido el máximo a la vida y a mi mismo.

El resumen es mucho mejor de lo que pueda parecer a raiz de lo anterior. Porque hay un resumen para este juego, un nuevo paréntesis que me trae felicidad haciendome olvidar ese día a día y aquellos errores del pasado, unos amigos que me traen alegría, a los que espero traer también la misma y un arrocito rico rico, unos copazos especiales, una noche de copas que no pude dejar pasar, una batalla en la piscina, una representación total, un partido de paddle, un concierto brasileiro, en suma, un fin de semana especial.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gil Vicente es muy anterior a Lope.

Más cercano a Garcilaso.