jueves, octubre 19, 2006

Miscelaneous

El tráfico en Madrid es terrible. Y eso que hoy no ha dado para tanto. Esto quiere decir que he vuelto a tardar lo habitual, más o menos una hora. Y eso que es el primer día de la semana que vengo a primera hora a la oficina. El tener reuniones con el cliente siempre viene bien en estos días. No es lo mismo el centro de Madrid que la hora habitual hasta Alcobendas. Pero bueno, queda poco me digo siempre...al menos para que inaguren el metro que vendrá hasta aquí...a ver si compensa. Si tarda solo una hora...por lo menos podré dormir.

La vida de cuartel en España sigue siendo curiosa. No voy a detallar datos por motivos obvios pero ayer estuve visitando a uno de mis clientes en uno de esos cuarteles con edificios de colores ocres, especialmente bajo la lluvia, instalaciones cincuentonas que se sostienen como pueden y me volví a sorprender. Mi anfitrión tenía trabajo hasta las cejas, cosas del Libano. Y mientras hacía algo de tiempo tomando un zumo en la cantina, pude observar esa cultura que llevamos aún como pueblo metida en nosotros. El personal de mantenimiento tomando unas cervezas y jugando al mus (me recordó a la universidad, de verdad, por cierto, ¡qué tiempos!), las miradas lascivas hacia la única camarera...bueno, muchos ejemplos que sorprende ver aún y que no encajan con los oficiales de academia, jóvenes (algunos no tanto), con formación superior, interesados en los últimos elementos de comunicaciones y con redes de última generación, luchando por algo más de presupuesto, esos que allí están un poco perdidos, alejados de su entorno natural del Estado Mayor. Simplemente, curioso. Ejemplo de un ejército en transición donde aún quedan algunos ejemplos de nuestra antigua España. Y no porque sea el ejército. Porque me consta que esto mismo se puede ver en muchos bares de polígono. Pero es curioso verlo. Simplemente.

Creo que ya lo he dicho pero estoy muy contento con la llegada del otoño. Hay otoños que me da por añorar el verano pero la verdad es que en esta ocasión la cosa es distinta y me siento muy contento quedándome en casa, al calor, mientras fuera llueve, o saliendo a tomar algo, a compartir risas. Lo habitual pero con más ganas.
Por cierto, que esta noche debuto como portero en el equipo de fútbol de IE. Salao estará contento. Ya veis, yo que soy capaz de no dar al balón una patada cuando está parado. Pero bueno, más risas.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Mejor que dormir en el metro es leer. Eso lo echo de menos.

Mundo militar? No puedo con él.

Universidad? SI que se echa de menos esos tiempos (Mode abuelo cebolleta on)

Otoño? Mola. Me gusta.

Tomás Ortiz dijo...

Jo, no paras! A mí también me gusta el otoño, y si es lluvioso como esta semana, más aún. Me encanta sentarme al lado de la ventana con un buen libro y escuchar cómo cae la lluvia, y sentirme reconfortado por esa sensación de plenitud que ofrece el que llueva. Saluditos apretados

Gaby del Río dijo...

hola, bosco! Antes que nada, gracias por la visita, y me encantò tu blog, creo que el otoño es una de las estaciones màs hermosas, y se siente el clima màs nostalgico.
Saludos!
:)

Anónimo dijo...

A mi me encanta el otoño, de hecho es la estación que me vió nacer,.. cómo no iba a gustarme??

Y respecto al tráfico,.... es horrible,... el 1er día de lluvía tardé 3 horas en llegar a la oficina. A veces con estos terribles atascos de Madrid pienso que se me escapa la vida,.... y el transporte público,... No gracias,.... me da fobia sólo pensar en las apreturas a las que nos someten.

Besos y pasa un buen domingo.