miércoles, octubre 03, 2007

Cuando un Huevo quiere sal

No me gusta en general la música de Julieta. Pero tiene razón en aquello de querer con limón...y sal.
Prefiro, puestos a estar de moda y ser modernos, aquel Te Entiendo de PigNoise.

Quizás por eso esta mañana, cuando caminaba hacia la oficina, bajo la lluvia, por una vez prevenido por un paragüas, fue la canción que me vino a la mente, quizás ayudado por la sintonía de la radio, si bien mi mente pensaba en la sal.

Anoche cene poco. Algo improvisado después de algo de ejercicio. Quizás por eso el plato me sorprendió. Porque no esperaba nada especial. O quizás si, de igual forma que un niño siempre espera una grata sorpresa en la forma de un regalo escondido en la mano grande en la espalda de su abuelo.
La presentación del plato fue muy buena. Si bien había que acercarse para distinguir la belleza de la misma. Los ingredientes sonreían desde el plato con cara de inocentes si bien mucho me temo que aquí el inocente era yo. De alguna forma, iban de una esquina del plato a la otra. De un rincón a otro. Talmente parecía que se tomaban unas cañas y que les cerraban todos los garitos por los que al final pasaban.
Y es que al parecer, este huevo quiere sal.
Es una lección que aprendí hace años, con un amigo, diestro a la vez que nóbel en aquel entonces en la cocina.
Y es que la escuela de teleco, en contra de lo que muchos piensan, era un lugar donde se aprendía alta cocina.
Así que sin desviarnos, volviendo a los ingredientes y al huevo que condimientaban, ayer no se debían comer. Y es que nada me place más que ve como todos esos elementos se mueven en el plato de una esquina a la otra pidiendo sal.
La sal no es buena para el corazón. Lo acelera, fuerza su ritmo, hace que te canses.
Pero cuando salpica algún plato, resulta difícil resistirse.

Y es que cuando he decidido poner sal en el plato, de repente me he encontrado muerto de sueño (quizás haya ayudado el dormir poco o, mejor dicho, menos) y saltando bajo la lluvia, viendo las nubes cambiar de color.

En fin, que últimamente no salgo de una para entrar en la otra y escribo cada vez mas para allá. Menos mal que la letra es uniforme porque si fuera manuscrita mucho me temo que los desvaríos a estas alturas serían ininteligibles.

A todo esto, el sábado a las 11:00 en Toledo comienza el Enjoy V. Simplemente, junto al Alcazar.
Pruebas, Gymkana y diversión antes de comer.

Enjoy!

9 comentarios:

Erika dijo...

Dicen que la sal a veces es necesaria en la vida, aunque no todos los alimentos la necesitan.

...flor deshilvanada dijo...

No importa como sea la letra, lo importante es lo que tengas para decirnos!

Ponele sal a la vida...

Un beso!

El artista antes conocido como Bosco dijo...

tu tranquilo, .....escribes lo que sientes , no? pues entonces..

Always Candy dijo...

Yo me decanto por la sal,... y si también lleva un poco de pimienta, mejor que mejor,... en todos los sentidos.

Pasadlo superbien en la gymkana,... y que haga buen tiempo!

Besos!

Unknown dijo...

Me he imaginado a los ingredientes paseandose por el plato. Prefiero el limón a la sal. Soy poco de sal. Más de ajo.

Gaby del Río dijo...

Jejeje, amigo!!!! En realidad a mi me ha sucedido lo mismo alguna vez...realmente yo no soy de comer mucha sal, además de que no soy muy fan a ella, me hincho mucho....jeje pero en fin...lo cuentas y se antoja.
Te dejo un besote!!
:)

Anónimo dijo...

Jo pues yo me he imaginado uno de esos platos que me hacía mi abuela, con dos huevos como ojos, dos pimientos de orejas, una salchicha de sonrisa y el puré de papas de melena. Eso sí que estaba rico ^^

Bertix dijo...

Sal y pimienta

Sal y limón

Depende de la ocasión, no?

adhará dijo...

A mi me encanta la sal, no puedo remediarlo. Entre lo dulce y lo salado, prefiero la sal y no me gustan ni los huevos ni el limón ni el tomate.......... una que es un poco delicadita!!!