viernes, agosto 31, 2007

Salvese quien pueda

Una tarde cualquiera llegamos a aquella casa. No había estado nunca pero me resultaba familiar. Sus dos plantas, quizás alguna más escondida en el subsuelo, su salida con una escalera de caracol al exterior desde la parte superior. Muebles modernos que desentonaban en un lugar al que no tenía muy claro como había llegado pero que parecía mucho más propio de algún lugar en el campo, junto a un lago, como una vieja cabaña, pero más del estilo de un viejo castillo.
Las imágenes son borrosas. No las recuerdo bien.
Tampoco recuerdo cuantos éramos. Sé que varios, ¿unos 10?, todos cercanos, amigos, gente en la que confío. Pero tampoco recuerdo mucho las caras. Quizás alguna. Borrosa, como en un sueño. Me recuerdan a gente que conozco. Pero no termino por identificarlos aunque confío.

La casa no está vacía. Una chica parece vivir aquí. Se muestra temerosa. Apenas habla. Nos advierte. No debemos estar aquí.
Me siento valiente, brabucón. Nada me da miedo.
No termino por captar bien las palabras. Solo su significado, la esencia de sus mensajes. Hablan de algo que viene, que vendrá, más tarde, no sé bien porqué, no sé bien como pero parece peligros. Más me siento valiente. Mucho más valiente.
La chica desaparece. Permanece con nosotros pero desaparece. Su actitud sumisa, callada, resignada a lo que pueda venir enseguida pas desapercibida. Y nadie más mira hacia ella.

Entonces ocurre. Ellos aparecen. Cuerpos deformes, esqueletos sin carne que se cubren pronto de músculo dando formas musculosas y atléticas para volver a convertirse en esqueletos marrones, opacos, calaveras que se rien de su propia sombra con rápidos movimientos.

No sé como todo empieza. La lucha dialéctica pronto se torna en amenazas. Nuestras palabras esconden más de superviviencia que de otra cosa pero nuestras palabras se evalentonan. Confío en nosotros en el grupo.
Y comprendo algo. No sé muy bien qué es lo que comprendo. Pero tiene que ver con la chica. Algo por lo que ella no es atacada. Algo que se me escapa ahora pero que sé que entonces comprendo.
Los primeros enfrentamientos comienzan a dar juego. Troncos secos llenan sus manos y golpean nuestros musculos. NO termino de sentir el dolor. Todo se pierde en la neblina que recubre mi cabeza, en medio de la semioscuridad de las imagenes que aún recuerdo. Nuestros esfueros no surten efecto e incluso los golpes certeros de armas afiladas son inútiles en los cuerpos que se hacen y deshacen uno detrás de otro.

Por algún motivo la primera fase termina. Entre risas y retos. Ellos se saben en posesión del poder. No podemos nada contra ellos. Y entonces los otros, los seres etéreos aparecen. Un cambio. Ellos hablan. Son amistosos. No saben porqué nos atacan. Nadie más es atacado. Todos conviven. Pero nosotros hemos venido a terminar con la paz. NO nos ayudan. Solo pasan, observan, nos atraviesan con sus cuerpos de pasado eter. Desaparecen y aparecen, delante y detrás, como duendes en un juego. Luego se van, sin mucho peso, difusos.

La chica observa. Sigue pensativa. Ni siquiera confía en nosotros. Ni siquiera se preocupa de pensar. Y entonces llegan el momento. El instante de la gran discusión. El momento de nuestra aniquilación. Llega el momento en que el ataque es inminente. La batalla final de culquier película. En medio del bullicio subo, rápido, busco, observo desde arriba; de nuevo con bravura bramo a los cuatro vientos el reto. El líder sale en mi persecución. Otro de los suyos con él. El primero se pierde. Casi por sorpresa encuentro la salida de arriba. No la conocía. Ahora sin planificar, todo sale bien. Por algún motivo se hace de día. Los malos como buenos vampiros se convierten en vulnerables a la luz. Comienza a amanecer.

De repente oigo un sonido. Es mi despertador. La luz del sol brilla vagamente en mi ventana. El sol que termina con la vida del primero de los enemigos. Las linternas de luz de leds iluminan las caras de mis contrincantes mientras aún medio dormido mi cabeza comienza a despejar la neblina.

Mientras escribo esto reflexiono. Una lucha contra unos invencibles, algo que aprendemos para vencer...me recuerda a los partidos de paddle del actual campeonato y las sesiones de entrenamiento que deberían venir.
Una chica que observa, ajena a todo, una que a veces no atino a comprender. Una mirada complice a los mensajes de mi móvil pueden darme una pista.
Unos espíritus que van y vienen. Tanta gente va y viene...
Y por fin unos compañeros. Trabajo... Mientras, pienso en la devacle que se viene encima en el ámbito laboral con la escapada de los grandes pesos pesados. Lo retos del cambio que busco. Y caras con las que convivo y en las que confío. Pero, ¿de verdad confío?

5 comentarios:

El artista antes conocido como Bosco dijo...

La interpretación de los sueños al dia siguiente es siempre interesante, siempre que no hayas cenado fabada la noche anterior ;-)

Disfrutes varios pal Güikend

Always Candy dijo...

Qué sueño más tremendo! Yo me hubiese asustado muchísimo. Y qué memoria,... yo cuando tengo sueños malos me suelo despertar enseguida,... de ahí que no vea nunca pelis de terror.
Feliz finde!!

Anónimo dijo...

A mí al menos, lo que haya soñado en la noche me influye en mi humor al día siguiente... aunque dicen que debería ser al revés ;)

Bosco dijo...

PUes miedo no sentí. Era como un juego, como un reto.
De todas formas lo normal es que no recuerde nunca los sueños. Caigo dormido muy profundamente como para acordarme siquiera que he soñado.
Las pelis de miedo me encantan.

Bertix dijo...

Es impresionante todos los detalles que recuerdas del sueño.