lunes, marzo 27, 2006

Dicen por ahi...

......que irse de vacaciones es toda una aventura. Que si los niños, la familia, las sombrillas, el coche, los mareos...Y es que la vida es un poco caprichosa. Casi tanto como nosotros. Antes, era cuestión de un fin de semana, un tren, un autobus o, con suerte, un coche, una mochila y ganas de tirar millas con unos amigos, por supuesto.Ahora todo parece tan complicado.Yo por eso me doy al metodo Halloween que no es como el Gronhol pero es más divertido.Además, quedas muy bien cuando te dicen en la oficina que si te vas aquí o si te vas allá a este hotel o a aquel, a este sitio, yo simplemente digo que me voy de vacaciones halloween.Alguna incluso me ha mirado espantada pensando que me iba a disfrazar de vampiro para irme de vacaciones. Pero nada más lejos de la realidad, aunque de vez en cuando cuando nos vamos de vacaciones algunos amigos llegamos a comportarnos como vampiros...y lo digo por el no dormir de noche, claro, no os vayais a pensar, que de lo otro na de na (y esto lo pongo para que las niñas no se revuelvan)Y a todo esto, estarán ustedes pensando que es eso de las vacaciones Halloween. Y yo se lo contaría. Pero claro, llevo ya muchas letras. Así que mejor lo comentan los propios Halloween con sus comentarios.Eso si, la próxima semana santa tiraré una moneda para ver que carretera cojo al comenzar las vacaciones. Eso si, haremos trampa pues sabemos que el sur espera. El resto...bueno, el resto el método lo resolverá facilmente.Y sino, siempre tendremos algún roadtripper intrépido para alegrar la jornada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

maduros?, inmaduros??
francamente, querido, me importa una cataplana.
Al final, lo que queda, son las risas, y a risas, a ver quien coño nos gana.
un besite gordo, bichobola.

Anónimo dijo...

Una verdad muy grande. Si señor.
Un día, hace ya algún tiempo, alguien a quien aprecio mucho vino a mi llorando. Los motivos no importan. Las razones, de sobra había. Lo único que se me ocurrió decirle fue algo que siendo de verdad. Cada vez que alguien derrama una lágrima, muchos pueden ser los que le compadezcan. Sin embargo pocos son los que al día siguiente se acuerdan. Porque cada cual tiene su vida. Y al día siguiente...bueno al día siguiente lo único que queda es el rastro de la lágrima en la mejilla.
Por eso, carpe diem. Aprovecha el momento. Saca la mejor parte de cada instante. Porque entonces al día siguiente quedará la arruga de una mueca, de una risa en lugar del rastro del llanto.