Menorca es un corcho que flota en el Mediterraneo que se balancea suavemente entre vientos del sur y del norte que bañan sus aguas hippies, perdidas, accesibles desde el mar por ricos barcos, calas premio para los que caminan bajo el sol en busca del paraiso.
Fotogramas coloniales ingleses, mercaderes de la ciudatella, aquelarre de brujas y conjuros en el puerto de Mao, en suma un rincón de vacaciones del que me llevo un gran recuerdo, de quizás una de las pocas islas perdidas del mediterráneo, si es que queda alguna.
Atrás quedan otras cosillas, dtalles logísticos del viaje, pero desde luego, nada que pueda emborronar la magia de esta semana. Mañana toca de nuevo oficina, clases, etc, etc. Pero bueno, tiempo para repetir magia en el próximo destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario