martes, enero 27, 2009

Una llama en el horizonte




Como almas en pena que desconocen su sino nos movemos por este mundo en días oscuros como hoy, en pleno invierno.

Como zombies vivimos lo cotidiano, el camino al trabajo, el atasco, las prisas, el correr a cumplir con una y otra obligación.
Zombies empujados por un hechizo en contra de nuestra propia naturaleza.

Como vampiros presa de su maldición nos atenemos el fin de semana a los estereotipos y dejamos que los vicios llenen, como sangre chupada de nuestras víctimas, nuestros cuerpos cargándolos de fuerza para volver a ser zombies al día siguiente; convirtiéndonos en víctimas de nosotros mismos.

Como presos de una bruja en una jaula tras los barrotes pasamos los días.


¿Quién se atreve a vivir abiertamente sin esconderse detrás de una mascara?
Aún es pronto para que el carnaval nos traiga su fiesta pagana. Sexo, placer, desenfreno y mucho más en la caída de los valores, de la moral, de todo lo bueno y lo malo a un simple placer por el placer, vivir por vivir. La simpleza que nos da la vida.

Pero un día al despertar descubres que la droga ya no produce el efecto esperado y que la resaca pesa mucho sobre la mente de cuerpos, supongo, ya no tan fuertes y un poco más depauperados.

Ese día descubres que necesitas un bastón para apoyarte, un hombro en el que llorar, un oido al que susurrar, una sonrisa a la que mirar, un motivo por el que reir.
Ese día descubres que ya no quieres hacer lo de siempre. Que quieres romper. Que quieres luchar.

O quizás también que quieres morir.

Y ese día como si fueras un héroe te atreves a salir a la calle y dejar el pasado atrás. Romper las cadenas, el trabajo, los comportamientos sociales, la hipocresía. Ese día, en medio de una fiesta te quitas tu máscara real ocultándote bajo una máscara de carnaval al más puro estilo Eyes Wide Shut.

Y una vez en la calle gritas. Porque sientes que hay que gritar. Porque el cerebro se excita al sentir al corazón acelerarse; porque la vida se te escapa en cada salto que pegas. Porque echas a correr. Corres sin parar, sin destino, sin lugar hacia el que ir; un acto reflejo.
Y gritas de nuevo como única vía de escape frente a la desesperación

En ese momento solo te salva mirar al frente, falto de aire y ver, allí, en el horizonte, una pequeña llama. Una vela que a veces te mira, a veces se rie de ti.
Una vela que no se apaga con el viento.

En ese momento sabes porqué corrías, porqué gritabas y porqué te dejabas llevar. Un motivo para continuar en el camino. Para seguir.




Y mientras unos corren en busca de su llama, otros se quedan. Los poseedores de más suerte, simplemente víctimas de su estado zombie dejandose llevar, una vez más, sin saber porqué. Simplemente chupandose la sangre dia a día.
Los más infelices descubriendo como otros siguen a su llama y ellos no tienen llama a la que perseguir.






A ver si llega ya la primavera y vuelven a florecer las plantas del jardín.
Para poder despertar en algún lugar a la orilla del mar; un lugar un tanto decrépito, colonial, en el que amanecer bajo el sol en short y camiseta.
Un lugar en el que olvidar a los zombies, a los vampiros y a las máscaras del día a día.
Un lugar en el que amanecer contigo.




martes, enero 20, 2009

Vida y sociedad

Hay cosas que no se aprenden. O mejor dicho, aunque se aprendan, no se asimilan.

En el colegio y en el instituto siempre nos han enseñado materias, llamémoslas objetivas. La historia es como es (a pesar de las emocionantes visiones un tanto subjetivas de algún profesor), las matemáticas son exactas, la física y la química son muy apasionantes pero eminentemente pragmáticas...

En el colegio también aprendemos otras cosas. Gymnasia, ética, religión en algunos casos. Asignaturas todas ellas algo politizadas o devaluadas que sin embargo tienen un extraordinario valor en la formación de las personas. Asignaturas que por otro lado considero escasas.

Y es que hay un "algo" que nos convierte a cada uno en lo que somos independientemente de lo que estudiemos. Así unos se comportan refugiándose en su mundo particular, otros son más extrovertidos; algunos son más inocentes o más espabilados, algunos prefieren estar siempre al frente, otros pasar desapercibidos. Elementos todos ellos que van más allá de cosas tales como el sexo o la religión pero que se marcan claramente cuando se habla de estos temas y que dependen de habilidades que se desarrollan con tantos y tantos ejercicios y actividades: deporte, teatro, expresión corporal...todo ello por supuesto bajo el manto inequívoco de la familia, elemento fundamental en todo esto. Y entiendo aquí familia como nuestro entorno de padres, hermanos, amigos, profesores, vecinos, etc. Porque cada uno de ellos influye a su manera, poco o mucho, en cada uno de nosotros.

Todas estas influencias, además, no terminan como las matemáticas o la historia en la época escolar sino que nos acompañan en cada momento de nuestra vida.

Es curioso como no nos damos muchas veces cuenta de todo esto. Supongo que los sistemas están pensados para que nadie se de cuenta. Porque es un arma extraordinaria. Un arma perfecta. Si todo lo que hicieramos, dijésemos, etc, estuviera pensado de acuerdo a esa visión del cómo vamos a influenciar a nuestro entorno y todo lo que interacciona con nosotros lo vemos como posible influencia, en tal caso, una de dos: o nos volvemos locos o desarrollamos unas capacidades sociales increibles.

Supongo que esa es la virtud, o parte de la virtud de un líder. Aunque hay muchas más.

Una disertación un tanto atípica para este foro, lo sé. Una disertación por otro lado muy incompleta pero que me vino a la cabeza mientras leía el periódico viendo a Obama cambiar la historia.

Y es que todos y cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar la historia. Pero la mayoría no es consciente de ello.

Enjoy de martes ;-)

lunes, enero 12, 2009

2009 o la fuerza del Sino

No es que me haya dado por retomar lecturas del Duque de Rivas si bien siempre es agradable recordar la qu fue una de mis primeras interpretaciones sobre un escenario.

Ahora que el temporal remite y antes de que vuelva (que seguro que nos toca), nos enfrentamos al primer lunes después del periodo navideño, de nuevo semanas sin días festivos, carga total en la oficina, niños al colegio, obligaciones, actividades, etc, etc, etc.
Ahora, el sol nos hace un guiño en esta mañana de lunes indicándonos que los días cada vez son más largos (si, ya sé que esta mañana al levantarnos no había amanecido y habia un frío de narices); y que la primavera, esta ahí (si, a dos meses, ya lo sé) pero llegando, lenta y segura.

Y es que en medio de tanta crisis, las almas positivas nos damos cuenta de repente que después de un año que parecía positivo y que fue par y bisiesto (toma, para los supersticiosos) nos llega un 2009 donde el destino de nuevo llamará a nuestra puerta. Y solo tenemos que encontrar el camino más adecuado para recorrerlo.

En esta mañana de lunes quiero hablar de "Die Welle", La Ola para los neófitos en la lengua germana. Una peli que recomiendo ver. Muchos temas a tratar como consecuencia de la misma.
Por un lado la facilidad de manipulación sobre las masas (si, todos, aunque digamos que vamos por libre, somos parte de la masa). Aunque no sea tan fácil como a unos niños, es fácil si damos la esperanza que la gente busca. Si damos aquello que se pide. Un mensaje, algo fácil, simplemente esperanza.
Por otro, la divergencia entre la individualidad y la colectividad. Cuando no somos capaces de encontrar nuestra identidad como individuos y la encontramos en un grupo somos carne de cañón. Porque romperemos todas las reglas por el grupo
Finalmente, la difícil tarea de un profesor, donde se mezclan las obligaciones y el buen hacer con los propios miedos y temores o simplemente con la propia personalidad. Una tarea donde la acción más simple puede marcar a individuos al no estar personalizada puesto que la tarea del profesor se aplica a la clase, al colectivo, al grupo.

En fin, vamonos ya con los juegos de invierno. Enjoy!

martes, enero 06, 2009

Reyes magos

Una vez más terminan las fiestas. Siempre es un momento triste el final de las fiestas aunque muchos lo esperen con ansia. Triste porque se vuelve a trabajar, al ritmo habitual, porque estamos de lleno en el invierno.
Porque se acabaron los momentos para ver a buenos amigos.

Pero pasa pronto.
Pasa pronto porque enseguida nos damos cuenta de que los días son más largos. Los temporales son cada vez más escasos. Y cada vez se acercan más los divertidos planes de primavera.
¡que la primavera está a la vuelta de la esquina!

Así que mientras me preparo para el retorno laboral, mientras continuo en la árdua tarea de intentar adapatarme al mercado de la oferta y la demanda, os animo a que continuéis disfrutando de los regalos de reyes. Porque el 2009 guarda regalos mejores.
Y están a la vuelta de la esquina.