La semana pasada una paloma apareció en el jardín del edificio. Parecía enferma. Junto a la espita de riego.
Por la noche estaba en la parte de atrás. Había atravesado las dos puertas de cristal, por delante del ascensor. Seguía pareciendo enferma.
Al día siguiente por la mañana, estaba al lado de la puerta, 3 puertas de cristal más hacia acá, junto a la entrada interior al local. Parecía peor. Casi muerta.
No volví a ver la paloma. Hasta esta noche, cuando en sueños, yo que no sueño nunca, la vi. Volando dentro de mi baño. Hasta que escapó por la ventana.
Como un alma. La de mi amigo Armando. Que anoche nos abandonó.
6 comentarios:
q bonito post
me ha emocionao y eso que aún no estoy despierto del todo
descanse en paz
un abrazo
:-(.
Siento lo de tu amigo. Precioso el post.
Lo siento mucho.
Ánimo!
Gracias a todos.
Con días de retraso.
Lo siento. Parece que tu amigo no quiso irse sin antes despedirse.
Animo!
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